Las dietas estrictas pueden aumentar la obesidad

Las dietas estrictas pueden aumentar la obesidad

Con el título “las dietas estrictas pueden aumentar la obesidad”, el lector puede pensar que dicho peligro radica en no realizarlas bien, en abandonarlas demasiado pronto, en no seguir los protocolos, etc. No, no nos referimos a ello, si no que hemos observado que en incontables ocasiones es justamente el hacer dieta, uno de los principales factores que hace que una persona se le dispare el peso y entre en una espiral donde no pueda adelgazar y mantener los cambios a largo plazo. En las siguientes líneas explicaremos el por qué.

Pueden funcionar al principio, luego viene el efecto rebote
Posiblemente usted mismo ya habrá experimentado este peligro de las dietas estrictas. Generalmente al principio suelen ir bien, uno va perdiendo peso y está animado. Pero poco a poco (o de golpe), la persona se la va dejando: bien porque la pérdida es menor, porque uno se cansa, porque ocurren otros sucesos (embarazos, crisis familiares, enfermedades o lesiones, cambios…). Esto es así porque es muy difícil, por no decir imposible, estar a dieta toda la vida.

Porque estar a dieta estricta, es un estado de castigo con la comida dónde uno se obliga a sí mismo a conseguir uno objetivo complejo y estresante. Cuando la persona deja esta pesada obligación, el efecto rebote está servido: Se recupera lo perdido, incluso se gana algún kilo más, y se pierde confianza en si mismo.

Consejo: Cada fracaso dietético, es un “cartucho perdido” para futuros esfuerzos. No se precipite. No tome la decisión del cambio precipitadamente, y sea constante.

La prohibición estricta, crea obsesión y ansia por lo prohibido
Desde nuestro punto de vista, el principal peligro de las dietas estrictas es que lleva a un estado de prohibición casi continuo. El paciente “lo hace mal”, y “se siente mal”, siente que “ha fracasado”, y esto la cuerda de la ansiedad. La decisión de prohibirse de forma estricta, no hace más que incrementar el deseo y compulsión de esa comida. Por lo tanto, a más prohibición más compulsión por los alimentos. A mayor exigencia, mayor descontrol en el caso de fracaso. Solemos repetir a nuestros pacientes que a lo que realmente tienen que tener miedo es al exceso de control, porque les llevará irremediablemente al descontrol, a la ansiedad, al deseo de comer lo prohibido, a querer portarse mal…

Consejo: No sea demasiado exigente consigo mismo, buscando resultados muy brillantes en poco tiempo. Menos esfuerzo y más prolongado en el tiempo.


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