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Obesidad: una tensión permanente entre la epidemia y la discriminación

Obesidad: una tensión permanente entre la epidemia y la discriminación

La preeminencia mundial del sobrepeso y la obesidad alarman a la comunidad médica. Por otro lado, surgen grupos que promueven el activismo gordo como respuesta a la gordofobia.

Alrededor de los cuerpos y de la alimentación se escriben varias narrativas en simultáneo.

En una época dominada por la imagen ‘cuidada’ o ‘perfecta’ multiplicada en las pantallas y una crisis que atraviesa a varios sectores, emergen datos de una epidemia de obesidad en la que Argentina ocupa lugares poco deseados así como movimientos contra la discriminación de los cuerpos gordos que exponen sus formas para resistir el rechazo a sus fisonomías.

Un equipo de investigación, formado por la red de expertos NCD-RisC, publicó un informe que coloca a nuestro país al tope de los países de América latina donde se ha registrado un mayor aumento del índice de masa corporal de sus habitantes, así como en el porcentaje de enfermos de obesidad.

Así, en este lugar del mundo, el porcentaje de hombres obesos sobre el total de la población masculina es del 28,2% -y ocupan el primer puesto- mientras que el 30% de las mujeres son obesas -ocupando el octavo puesto entre los países latinoamericanos.

Los datos globales de la encuesta muestran datos que alarman: La población argentina con exceso de peso subió de 49% a 61,6 % entre el 2005 y el 2018.

“Seis de cada 10 adultos presentaron exceso de peso (sobrepeso + obesidad). Se evidenció un aumento sostenido desde la primera edición de la encuesta en 2005 y un aumento significativo respecto de la ENFR 2013”, señala el informe y agrega que se registró obesidad en un cuarto de la población, indicador que aumentó 22% respecto de la edición 2013 y 74% respecto a la primera edición de 2005, entre otros datos significativos.

La epidemia de obesidad es una realidad y aporta el dato de que en los últimos años la población mundial engordó entre cinco y seis kilogramos por persona. La diferencia, advierte, es que esta información se visualiza desde la pobreza y antes se pensaba desde la abundancia.

Descuidados. Se consumen los alimentos más baratos, que son los que más llenan, los ultraprocesados, quedan relegados los alimentos reales. También influye el sedentarismo, nos movemos menos. El promocionado fitness está claro que no llega a todo el mundo. También está la practicidad, si tengo poco tiempo, es más fácil la hamburguesa congelada que ponerme a hacer otra comida La vida acelerada, el estrés hace que optemos por lo más rápido.

Sobre el rol del estado ante esta problemática, se insiste en la noción de esta epidemia como un problema de salud pública: Trae aparejado otras enfermedades, como diabetes tipo 2, problemas articulares, coronarios y problemas en la productividad. No hay manera de que el estado no lo mire.

Al atravesar estos tiempos inflacionarios se sugiere que en lugar de campañas de cómo comer mejor los estados deben ser más prácticos y directos, y vuelve sobre un tema aún polémico: sigue siendo carísimo ir a la verdulería. El comerciante también necesita ayuda. Si subvencionan harinas, también deberían hacerlo con este otro tipo de alimentos.

Preocupados. Desde otra perspectiva, y atendiendo a una especie de imposición social de la delgadez como único cuerpo posible, se señala que en los consultorios se escucha un discurso común, no solo entre chicas adolescentes sino también entre hombres y mujeres adultos que se sienten gordos cuando no lo son.

Lo que hay que trabajar con ellos es el tema de la autoestima, que hoy sobre todo tiene que ver con las redes sociales y su imposición de parámetros de belleza y salud. Antes venían de las modelos, ahora de deportistas e influencers que te publicitan irresponsablemente por Internet lo que comen o qué rutina de ejercicio hacen para tener el físico que tienen.

Siempre la aceptación es lo principal. Lo que vemos en redes es artificial, con filtros que eliminan las formas reales, la celulitis, las arrugas, los lunares, es imposible de alcanzar. Sin embargo los nutricionistas agregan que hay que ver los parámetros para determinar si un cuerpo gordo es uno sano: Que no haya señales, no significa que esté bien.

Emergente.
En relación con ese mandato social de belleza impuesto o autoimpuesto, surgieron con fuerza en los últimos tiempos movimientos que buscan hacerle frente. El activismo gordo aparece, por ejemplo, en Instagram con diversos hashtags en una búsqueda de crear conciencia sobre la discriminación hacia las personas con sobrepeso y obesidad.

También se hace presente a través de las acciones de la ONG Anybody que promueve la implementación de la ley de talles. Se destacan grupos en otras redes sociales como Facebook que propicia reuniones y actividades en contra de la gordofobia o las actitudes ‘gordodiantes’.

Son actitudes de odio, racistas, más que fóbicas. Lo que incomoda son los cuerpos que no se adaptan a una moda o al molde la belleza occidental.Son víctimas del maltrato social e institucional: La cultura de la dieta también es parte del problema, tanto como los realities shows para adelgazar y las ficciones donde el gordo nunca es protagonista, o la mujer gorda nunca está empoderada.

Al activismo gordo lo describe como la exposición de esos cuerpos como bellos y los encuentros donde se reflexiona y se produce material al respecto. Es una cuestión de meditación hacia el exterior y hace el interior, una militancia en torno al cuerpo.

Las actitudes gordodiantes, para la escritora “tienen que ver con lo estético no con la nutrición o una genuina preocupación por la salud. Lo que preocupa al que odia es el cuerpo desmedido”.

Obesidad: la respuesta médica

Obesidad: la respuesta médica

No hay un tratamiento único para la obesidad, lo que refleja la dificultad que entraña la resolución del problema. Se sabe que no todas las personas responden de igual forma a un tratamiento y que cada individuo puede responder de forma distinta a un mismo tratamiento realizado en diferentes momentos de su vida. Cualquier actuación terapéutica tiene que ser multidisciplinaria. El objetivo que se persigue es mejorar la salud del paciente reduciendo los riesgos secundarios. En ocasiones, el objetivo será corregir las alteraciones metabólicas, aunque la reducción de peso no sea moderada y oscile entre un 5 y un 10%.

Los posibles tratamientos pueden resumirse así: dietas hipocalóricas (que representen el eje central del tratamiento); ejercicio físico (con el objetivo doble de mantener el tono muscular y aumentar el gasto energético); la psicoterapia (el soporte psicológico es básico en el tratamiento de la obesidad) y los fármacos (dos grandes grupos: los que actúan sobre el sistema nervioso central disminuyendo la sensación de hambre y aumentando el metabolismo basal y los que actúan mediante un ligero efecto saciante, pero que no pueden considerarse como un tratamiento de la obesidad).

No debe olvidarse que el tratamiento farmacológico es una ayuda y que su uso racional puede ser de gran valor. Por último, la cirugía bariátrica está indicada sólo para obesidades importantes: IMC mayor a 40 kilogramos por metro cuadrado. Por último, los médicos subrayan que hay que desconfiar de los tratamientos que prometen grandes resultados sin esfuerzo o sin dieta; conviene alejarse de las dietas que prometen rápidas pérdidas de peso, ya que la mayoría de éstas lo hacen a costa del agua corporal y de la masa muscular, y no de la grasa como en realidad debería ser.

Actividad física y deporte después de la cirugía bariátrica

Actividad física y deporte después de la cirugía bariátrica

El día D ha llegado, te realizan tu cirugía bariátrica por vía laparoscópica y, a partir de aquí, comienzas un período de adaptación a tu nueva forma de alimentación y a tu nueva vida. Se trata de un proceso progresivo que dura varios meses y es muy importante que sigas al pie de la letra las especificaciones de tu equipo médico.
En este proceso hacia tu nueva vida, la actividad física y el deporte después de la cirugía bariátrica son una parte muy importante, incluso primordial, para alcanzar tu objetivo. De hecho, se ha comprobado científicamente que los pacientes que logran incorporar la actividad física a su rutina diaria después de la cirugía bariátrica, consiguen regular antes y de forma más efectiva su metabolismo.

En realidad, la práctica de deporte en este caso es como el pez que se muerde la cola. Cuantos más kilos pierdes, más fácil y motivador te resultará hacer deporte, por lo que irás aumentando la intensidad. Y cuanto más deporte vayas practicando y de más intensidad, mayor será tu pérdida de peso.

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Clase en grupo en el gimnasio, combinando ejercicios de fuerza y cardio

ACTIVIDAD FÍSICA DURANTE EL 1º MES
Justo después de la operación, comenzarás tu nueva forma de alimentación con la Fase 1: Dieta líquida. Dura 10 días y te sentirás bastante cansado, ya que estás recién operado y tu ingesta calórica es muy baja. Estos días de postoperatorio debes cuidarte mucho, no esforzarte, solo hacer tus ejercicios respiratorios con el inspirómetro y caminar dando pequeño paseos siempre sin agotarte.

Tardarás entre 2 y 4 semanas en volver a realizar la mayoría de tus actividades cotidianas pero, cuanto antes empieces a moverte, mejor. Eso sí, despacio, sin forzar tu abdomen y sin coger absolutamente nada de peso.

Empieza caminando entre 10 y 15 minutos seguidos 1 o 2 veces al día y ve aumentando el tiempo de forma progresiva. Puedes ir añadiendo 2 o 3 minutos cada vez, siempre y cuando te sientas bien. Cuando ya puedas caminar 30 minutos seguidos, puedes empezar a subir escaleras, despacio y sin forzar demasiado, estarás en la Fase 2: Semilíquidos y aún te sentirás bastante cansado.

EJERCICIO FÍSICO ENTRE EL 2º Y EL 6º MES
Superado el primer mes tras la cirugía bariátrica, y si tu médico no pone inconveniente, puedes empezar a hacer más ejercicio físico, sobre todo ejercicios de cardio. . Lo único que debes tener en cuenta es que debes ir poco a poco y que no puedes hacer esfuerzos con el abdomen. No es por capricho, sino para proteger las incisiones en la pared abdominal y minimizar la aparición de hernias en esas zonas. ¡Deja las abdominales para más adelante!

Estarás en la Fase 3 o empezando la Fase 4 de alimentación, por lo que debes caminar ya 1 hora seguida, por la mañana y otra por la tarde, e ir aumentando la intensidad de forma progresiva. Empiezas con un paseo, pero acabarás caminando deprisa mientras mueves tus brazos y controlas tu respiración. También puedes montar en bicicleta estática o elíptica, hacer ejercicios de brazos o practicar natación. Esto te ayudará a empezar la siguiente fase, la de tonificación, ya que habrás perdido masa muscular y tienes que recuperarla y fortalecerte.

Intenta marcarte un horario tanto para las comidas como para tu ejercicio físico, así tu cuerpo y tu mente se acostumbrarán y lograrás incluirlos en tu rutina diaria.

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Correr o montar en bici al aire libre son deportes que, además, alivian el estrés y la ansiedad

INTEGRAR EL DEPORTE EN TU VIDA COTIDIANA
A partir del 6º mes, si no ha habido ninguna complicación que te lo impida, puedes aumentar la intensidad de tu actividad física. Ya puedes (y debes) empezar a fortalecer tu abdomen y todos tus músculos con rutinas de fuerza y tonificación. También puedes practicar otros deportes como salir a correr o montar en bici al aire libre, deportes de equipo, clases grupales en el gimnasio como spinning o zumba, etc.

Investiga, prueba y encuentra un deporte que te guste. Lo importante es que lo veas como una actividad cotidiana más de tu rutina, al menos 3 días a la semana. Siempre hay un deporte que encaja con tu personalidad, que te gusta, y te resulta entretenido y divertido. Encuéntralo y mejorará tu motivación. ¡Ánimo y a por ello!

Después del bypass gástrico: recomendaciones de nutrición

Después del bypass gástrico: recomendaciones de nutrición

Después de la cirugía de bypass gástrico, usted tendrá que aprender un nuevo modo de comer y beber. Su nuevo estómago tiene un tamaño mucho más pequeño que antes; además, posee una pequeña abertura en su parte inferior, llamada estoma (su cirujano bariátrico podría llamarla gastroyeyunostomía). Si usted no procede con cuidado, el estoma se puede obstruir con comida. Para proteger su nuevo estómago y obtener los resultados que usted desea, es preciso que:

Consuma comidas muy pequeñas.

Coma lentamente.

Coma alimentos más blandos.

Mastique bien los alimentos.

No coma alimentos y tome bebidas al mismo tiempo.

Tome sus vitaminas y suplementos regularmente como le indique su proveedor de atención médica.

Es importante que se ciña al plan de alimentación que se ha elaborado para usted. La cirugía fue solo el primer paso. El éxito en la pérdida de peso depende de las elecciones que usted haga después de la cirugía.

Después de la cirugía
Después de la cirugía, es posible que comience con una dieta líquida, pase de a poco a una dieta líquida completa y luego coma solo alimentos blandos o en puré durante las siguientes semanas. Siga las instrucciones de su equipo de cirugía bariátrica en relación con los mejores líquidos y alimentos blandos. Una vez transcurrido este período, podrá incorporar otros alimentos a su dieta, siguiendo las instrucciones de su equipo de cirugía bariátrica y su nutricionista.

Planificación de las comidas
Después de la cirugía, su estómago podrá alojar sólo unas 2 a 4 cucharadas de comida o bebidas. Aproximadamente un año más tarde, se le habrá ensanchado para contener hasta 16 cucharadas de comida o bebidas. Dado el pequeño tamaño de su estómago, usted necesitará comer y beber mucho menos en cada comida que antes de la cirugía, y tendrá que planificar sus comidas cuidadosamente. Es necesario que consuma comidas saludables y nutritivas. Colabore con un nutricionista para saber cómo debe comer y qué alimentos son los que más le convienen. Siga el plan de alimentación que le den. A continuación, se detallan algunas pautas generales:

Cuánto debe comer
Primer plano de cuchara midiendo queso cottage.
Ahora su nuevo estómago puede contener sólo una pequeña cantidad de comida, por lo que usted tendrá que medir sus alimentos antes de comer.
Algunas sugerencias acerca de cuánto debe comer son las siguientes:

Consuma aproximadamente 4 a 6 comidas pequeñas al día, según las recomendaciones de su nutricionista bariátrico.

Deberá seguir una dieta y horarios de comida planificados durante casi 2 meses. Cuando esté comiendo una dieta más normal, siga comiendo los alimentos recomendados. Use platos pequeños. Coma despacio y mastique bien su comida. Deje de comer cuando esté satisfecho y no hasta que se sienta muy lleno, pues si lo hace se puede estirar la cavidad estomacal.

Qué debe comer
Algunas sugerencias sobre lo que debe comer son las siguientes:

Coma la cantidad correcta de proteína (lea la sección “Consuma suficiente proteína” más abajo).

Coma frutas y verduras si no le causan problemas. Quíteles las cáscaras. Cocine las verduras para que le sean más fáciles de digerir. Mastíquelas bien.

Elija alimentos de grano entero o agregue fibra alimentaria a sus comidas.

Qué debe evitar
Algunas sugerencias sobre lo que debe comer son las siguientes:

No consuma alimentos y bebidas azucaradas. Pueden provocar el síndrome de vaciamiento rápido (lea la sección “Prevención del síndrome de vaciamiento rápido”, más abajo); además, pueden retardar su adelgazamiento o incluso hacerle aumentar de peso.

Limite su consumo de aceites y grasas. Esto incluyen alimentos fritos. El exceso de grasa puede provocar náuseas. Además, puede retardar su adelgazamiento o incluso hacerle aumentar de peso.

No beba alcohol. Contiene calorías pero ningún nutriente; además, el alcohol puede retardar su adelgazamiento.

No fume. Esta es una causa bien conocida de úlceras en la parte de abajo de la cavidad estomacal después de un bypass gástrico.

No tome antiinflamatorios no esteroides (AINE) de manera regular. Los AINE son medicamentos, como el ibuprofeno, la aspirina o el naproxeno, que pueden provocar úlceras en la parte de abajo de la cavidad estomacal. Consulte a su proveedor de atención médica antes de tomar cualquier AINE.

Cómo comer
Después de la cirugía, usted tendrá que tener cuidado al comer. Su estómago es muy pequeño y puede alojar sólo una pequeña cantidad de comida. Siga estas recomendaciones a la hora de las comidas:

No beba nada durante una comida. Espere entre 30 y 45 minutos después de una comida para volver a beber.

Tome bocados pequeños. Mastique bien sus alimentos antes de tragarlos. Si no puede masticar algo por completo, escúpalo; no se lo trague. Esto ayudará a impedir que se le obstruya el estoma.

Coma despacio. Tome de 20 a 30 minutos para consumir sus comidas.

Deje de comer cuando sienta el estómago lleno. No coma aceleradamente o en exceso. Esto puede provocar náuseas y vómitos. También puede causarle dolor debajo del esternón.

No “pique” entre comidas. Siga su plan de alimentación. Comer tentempiés puede retardar su adelgazamiento e incluso hacerle aumentar de peso.

Prevención de complicaciones
Después de una cirugía de bypass gástrico pueden surgir complicaciones como la deshidratación, la desnutrición y el síndrome de vaciamiento rápido. Para evitarlas, usted tendrá que comer y beber cuidadosamente. Lea a continuación para saber lo que puede hacer.

Lleve un registro diario de comidas y bebidas.
Lleve un registro de todo lo que consuma, incluso de condimentos como salsa kétchup y pepinillos picados. Anote también todas las bebidas que toma, incluida el agua. Esto le ayudará a llevar la cuenta de lo que consume.

Mantenga su hidratación.
La falta de líquidos suficientes puede causar deshidratación, que tiene síntomas como sed extrema, orina de color amarillo oscuro o muy poca orina. Su nuevo estómago puede alojar sólo una pequeña cantidad de líquido a la vez, por lo que es importante que usted tome bebidas en sorbos a lo largo del día. Tome al menos de 6 a 8 tazas (1 taza equivale a 8 onzas) de líquidos sin azúcar todos los días. Beba lentamente. No use popotes (pajitas) ni beba directamente de las botellas, ya que esto puede producir gases dolorosos. Evite las bebidas con burbujas los primeros meses, ya que también pueden producir gases. No beba nada antes, durante o después de las comidas, ya que las bebidas pueden interferir en la digestión adecuada de los alimentos.

Coma suficiente proteína.
La proteína es una parte muy importante de su nuevo plan de alimentación, ya que produce sensación de saciedad y mantiene el funcionamiento normal del cuerpo. Después de la cirugía es probable que su equipo quirúrgico le pida que tome batidos de proteína todos los días. Tendrá que consumir alimentos con mucha proteína y poca grasa con cada comida. Vaya aumentando lentamente la cantidad de proteína que consume hasta comer de 60 a 100 gramos al día. Si come carne, asegúrese de que no esté dura o llena de grasa o tejido conectivo. Es posible que tolere mejor la carne picada. Para evitar que se le obstruya el estoma, no trague la carne si no la puede masticar completamente. Evite los alimentos proteínicos con alto contenido de grasa como las salchichas, el tocino, los hot dogs y la carne grasa para hamburguesas. Coma alimentos con alto contenido de proteína y poca grasa, como:

Pollo y pavo (pechuga)

Pescados y mariscos (no empanizados ni fritos)

Huevos, claras de huevo y sustitutos de huevo

Productos lácteos (leche, yogur, requesón) bajos en grasa o descremados

Leche de soya y tofu

Atún y salmón enlatados

Mantequilla de cacahuate (maní)

Aunque los frijoles, las lentejas, las verduras y las nueces también contienen proteína, no poseen todos los aminoácidos presentes en la proteína animal. Puede comer estos alimentos, pero debe hacerlo además de consumir otras proteínas animales, como las indicadas arriba. Si tiene dificultades para satisfacer sus necesidades diarias de proteína, quizás tenga que tomar un suplemento proteínico. Si es así, asegúrese de que el suplemento solo tenga proteína y no contenga azúcar (ni lactosa, si usted es intolerante a la lactosa).

No obtener suficiente proteína puede llevar a una carencia de proteína. Los síntomas de un consumo inadecuado de proteína (y calórico) incluyen una caída excesiva del cabello, piel seca, fatiga y sentir frío cuando nadie más siente frío. Algunos de estos síntomas son comunes después de un bypass gástrico. Usted puede minimizarlos concentrándose en el consumo de proteínas. Estos síntomas deben desaparecer de 4 a 6 meses después de la cirugía.

Reintroduzca los alimentos poco a poco.
Después de la cirugía, es más probable que ciertos alimentos como carnes, frutas, verduras, panes, pasta y arroz causen dolor, náuseas, vómito u obstrucción. Trate de agregar estos alimentos a su dieta uno a la vez. Mastique bien los alimentos. Si no puede tolerar un alimento, vuelva a probarlo de 1 a 2 semanas después. Además, tenga cuidado con los alimentos lácteos ya que podrían causarle cólicos, inflamiento o diarrea después de la cirugía. Esto se debe a que su cuerpo puede tener dificultades para digerir la lactosa después de la cirugía. Si es necesario, pruebe las versiones sin lactosa de los productos lácteos. Consulte con su proveedor de atención médica acerca de tomar píldoras de lactasa con los productos lácteos. Esto puede ser más económico que comprar leche sin lactosa.