Se realiza una cirugía bariátrica con la finalidad de tratar la obesidad, reduciendo así toda la morbilidad asociada a esta importante enfermedad.
El paciente previa a la cirugía experimenta una pérdida de peso gradual muy significativa.
Esto se traduce en una gran mejora en su calidad de vida, pero también supone un impacto estético que no debe dejar de tenerse en cuenta.
Al reducir de forma drástica la masa corporal, la piel no es capaz de adaptarse o retraerse en proporción al peso que se está perdiendo, lo que finalmente causa una importante flacidez, observándose excesos cutáneos en los muslos, los brazos, el abdomen, el pecho y el rostro.
Estas características secuelas tienen un impacto negativo sobre la salud emocional del paciente, al privarlo de seguridad y autoestima.
Y también impactan sobre la salud física, dado que estos pliegues de piel descolgada suponen un foco de infección cutánea.
En base a estos antecedentes, se puede definir la cirugía post bariátrica como un conjunto de técnicas quirúrgicas que permiten eliminar el exceso de piel que presenta el paciente, eliminando los pliegues y tensando los tejidos, logrando así un aspecto corporal armonioso y sin desequilibrios.
Un ejemplo de cirugía plástica post bariátrica es la lipectomía abdominal o abdominoplastia, una cirugía que consiste en la eliminación del exceso de grasa y piel, así como, en la reparación del tejido muscular abdominal dañado o debilitado.
La cirugía post bariátrica antes y después
La cirugía reconstructiva post bariátrica permite la recuperación de la estética y la funcionalidad de la piel; y lo hace de una forma segura siempre y cuando el paciente se ponga en manos de profesionales médicos especializados y de impoluta trayectoria.
En un procedimiento de cirugía reparadora post bariátrica los excesos de piel son retirados de las zonas anatómicas afectadas.
Obviamente con una meticulosa programación previa que les permite a los cirujanos optimizar el tiempo empleado en esta intervención, el cual puede variar, ya que se combinan varias cirugías a la vez.
Finalmente, los excesos de piel tras ser sometidos a una cirugía estética post bariátrica desaparecen, siendo sustituidos por cicatrices lo más estética posibles y que incluso en ocasiones pueden quedar ocultas por pliegues naturales de la piel.
El hecho de readaptar los tejidos a la nueva situación corporal del paciente tiene un impacto extremadamente positivo en la calidad de vida del mismo, ya que sus expectativas estéticas se ven completadas, pudiendo volver a disfrutar así de emociones imprescindibles como la autoestima o la seguridad.
El después de una cirugía de estas características no solo conlleva beneficios estéticos, ya que por ejemplo, el deshacerse del exceso de piel de los muslos, permite que el paciente pueda volver a caminar con total normalidad, ya que estos excedentes cutáneos dificultan algo tan cotidiano como la marcha.
Además, ante importantes excedentes de tejido cutáneo no existe ninguna otra alternativa a este problema, que únicamente puede ser solventado mediante resecciones quirúrgicas.
En esencia, podemos concluir que después de una cirugía post bariátrica, el paciente por fin tiene la percepción de haber finalizado el tratamiento que inició mucho tiempo atrás cuando empezó a combatir su obesidad.
La etapa posterior a la importante pérdida de peso que se produce a partir de una cirugía bariátrica puede ser traumática para los pacientes.
Realizan un gran esfuerzo por lograr sus objetivos y al llegar al peso deseado se encuentran con una imagen que no es la esperada y que generalmente no están preparados para afrontar: la piel sobrante cuelga en pliegues, muchas veces muy grandes y la sensación de “deformidad” se agudiza,por lo que se hace necesario corregir estos excesos de piel y flacidez.
La etapa posterior a la importante pérdida de peso que se produce a partir de una cirugía bariátrica puede ser traumática para los pacientes.
Realizan un gran esfuerzo por lograr sus objetivos y al llegar al peso deseado se encuentran con una imagen que no es la esperada y que generalmente no están preparados para afrontar: la piel sobrante cuelga en pliegues, muchas veces muy grandes y la sensación de “deformidad” se agudiza,por lo que se hace necesario corregir estos excesos de piel y flacidez.
Si bien los cambios clínicos son excelentes y la cirugía bariátrica corrige la mayoría de las comorbilidades, la percepción de la nueva imagen puede deteriorar la autoestima de los pacientes, a lo que pueden sumarse problemas cutáneos en los pliegues que necesitan prevención o atención permanentes.
Las cirugías reparadoras post bariátricas aparecen entonces como la práctica adecuada para corregir el contorno corporal.
Estas cirugías suelen llamarse “cirugías a medida”. No hay un cuerpo igual a otro y por lo tanto es imprescindible para lograr el éxito deseado una interacción permanente entre la cirujana y el paciente. Juntos pueden definir que es lo que conviene en cada caso y diseñar una estrategia para mejorar el contorno corporal.
Esto es solo una guia, es necesaria una entrevista personal para interiorizarse bien sobre su caso en particular.
- Entrevista con el médico cirujano del equipo: se confecciona una detallada historia clínica, si el paciente es candidato al tratamiento quirúrgico, se deriva a los distintos especialistas para completar la evaluación.
- Evaluación por especialistas en: clínica médica, nutrición, psicología, psiquiatría.
- Eventual evaluación por otros especialistas si se considera necesario, en base a ciertas patologías asociadas que pueda presentar el paciente (ejemplo: endocrinología, hematología).
- Solicitud de estudios complementarios: laboratorio completo, análisis de orina, electrocardiograma y evaluación cardiológica, radigrafía de tórax, espirometría, ecografía abdominal, endoscopía digestiva alta.
- Se inicia la dieta de preparación prequirúrgica y se controlan los cambios de peso.
- Cuando todo el equipo multidisciplinario considere que el paciente se encuentra apto para realizarse el procedimiento quirúrgico, el médico cirujano programa la cirugía.
- Reservar al menos 30' al día para caminar o realizar actividad física