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Psicología de la alimentación

Psicología de la alimentación

Le voy a dar un breve ejemplo:
Hay buenos y malos recuerdos, y puede asociarse algo bueno del pasado con algo similar en el presente, o algo añejo y malo con algo nuevo y placentero, o viceversa.
Como ya habrá notado, las cosas no son simples, y las asociaciones tampoco lo son. Así como las venimos presentando, las asociaciones tienen un desarrollo lineal, claro y obvio. Pero resulta que, como con los estímulos, las asociaciones también se presentan en dos envases. Las hay antiguas y casi ancestrales, sumergidas en el infinito océano de esos primeros años de vida que uno no recuerda concientemente (aunque en algún lugar están para siempre) y las hay nuevitas, aggiornadas a los tiempos presentes de cada uno de nosotros. Y por supuesto interfiriendo, para bien o para mal, en las cosas que hacemos. Y aún más: algunos registros que guarda el cerebro se desdoblan: el hecho concreto por un lado y el sentimiento que provocaron por otro, y cada una de esas partes puede adherirse al complemento que le falta tomado de otro desdoblamiento, parecido o distinto, creando algunas complicaciones tales como que un hecho concreto objetivamente positivo sea cargado con sentimientos negativos tales como angustia o miedo. Esto explica, por ejemplo, el miedo a un progreso personal a todas luces bueno y productivo, pero que el sujeto no se atreve nunca a asumir, postergándolo indefinidamente y encontrando excusas que va renovando a fin de no dar un paso que lo angustia sin saber concientemente el motivo.

Estas asociaciones, con las que cargamos todas las personas, interactúan con los estímulos conduciéndonos hacia el alimento. Y para mejor decir, hacia un alimento en particular

Le voy a dar un breve ejemplo:

Un bebé se sobresalta por el ruido fuerte de un plato que se estrelló contra el piso y comienza a llorar. La madre lo alza entre sus brazos, los mismos brazos que unas horas antes lo habían alzado para acercarlo a la teta tan amada. Doce años después, cuando se rompe un plato, el sujeto experimenta una sacudida desproporcionada con el estímulo real. Seguramente este segundo plato roto, no va a provocar ninguna reacción, después de todo no es nada tan relevante. Eso suponemos, pero no podemos saberlo. Imagine que pasaría si aquel ruido de cuando era bebé, hubiese sido una agresión de su padre hacia su madre seguida de llantos, gritos e insultos, y los brazos que el siempre espera cuando llora, no llegaran, porque su madre esta ocupada en su propio dolor. ¿Y si esta historia se repitiera?

Usted se preguntará si no estaremos exagerando un poco las cosas. Ocurre que esos pequeños o grandes incidentes que nos ocurren quedan grabados en la alguna parte, y ni siquiera los recordamos cuando son asociados en el futuro. Y ahí esta el tema: cuando algo nos ocurre en el presente, es muy probable que sea asociado a algo similar (o que creemos similar) de nuestro pasado. No hablo de recuerdos vívidos, hablo de un clic invisible capaz de generar una reacción involuntaria que se manifiesta en una acción voluntaria. La cosa queda, entonces, Estimulo - Asociación - Acción. Seria bárbaro que las cosas fueran así, lineales, fáciles, directas.



Alimentos Anti - Estres

¿Existen los alimentos antiestrés?
Chocolate: ¿amigo o enemigo?

Además de poner en peligro nuestra salud y nuestro sistema nervioso, estar estresados puede hacernos atacar la nevera cuando la ansiedad nos puede.
Por ello, hay que convertir la comida en una aliada. Además, hay ciertos alimentos que pueden ayudarnos a mitigar el estrés.

Comer de forma equilibrada es fundamental para mantener en orden tu cuerpo y tu mente y evitar que el estrés afecte a tu estómago, tus defensas y tu sistema nervioso. De tus menús depende buena parte de tu estabilidad física y emocional.

Amistades peligrosas

Estar estresado puede hacerte devorar una tableta de chocolate en unos minutos. Según los especialistas, la ansiedad, el estrés y la tensión nos empujan a establecer relaciones peligrosas con la alimentación. De hecho, un estudio realizado recientemente en España demuestra que muchas de las mujeres que sufren anorexia nerviosa estuvieron sometidas a fuertes situaciones de estrés.

Recurrir a la comida cuando estamos nerviosos es una mala solución por muchos motivos: una dieta rica en azúcar es perniciosa para la salud y, además, engorda. Por otra parte, los dulces aumentan la concentración de azúcar en la sangre, lo que, después del “subidón”, provoca decaimiento. Otra de las consecuencias es la proliferación de radicales libres, que se traduce en la oxidación de los tejidos.

Si el estrés forma parte de tu vida diaria, debes tratar de aliarte con la alimentación para evitar que llegue a superarte. Aquí tienes una lista de los alimentos beneficiosos que, por sus nutrientes e incluso sabor, calman tu sistema nervioso y te ayudan a mantener tu cuerpo en orden. Para que lo tengas más fácil, también te hemos preparado una lista de la compra muy especial: antiestrés y baja en calorías.


¿Existen los alimentos antiestrés?


Ningún nutriente puede en sí mismo atribuirse efectos antiestresantes. Sin embargo, hay un hecho irrefutable: el placer que nos produce comer ciertos alimentos provoca en nuestro organismo una secreción de “opiáceos endógenos” que nos proporciona sensación de bienestar e incluso cierta euforia.

Pero no podemos olvidar que los gustos de cada uno son diferentes y cada persona tiene sus propios alimentos antiestrés. Aunque en general la mayoría se decanta por los dulces y las grasas, hay a quien le puede encantar el pan o las frutas. El problema está en controlar las cantidades...

Más que alimentarse de ciertos alimentos, la mejor estrategia frente al estrés es comer bien y de todo, ya que de ello depende que nuestras defensas estén altas.

Los nutrientes que contribuyan a mantener fuerte nuestro organismo y, por tanto, a paliar el estrés, son:

Las vitaminas. La A, la C y la E combaten directamente la formación de radicales libres. La A se obtiene de las zanahorias, el melón, el brócoli, las coles de Bruselas, las espinacas y los boniatos. La C está presente en los cítricos y en el brócoli, los pimientos, el melón y el tomate. Para obtener vitamina E hay que consumir frutos secos y aceites vegetales. Las vitaminas del grupo B fortalecen el sistema nervioso central y tienen un efecto sedante. Se encuentran en la levadura de cerveza, lácteos, carne, cereales, aguacate, repollo y judías verdes.

Minerales. Potasio, magnesio y calcio son imprescindibles porque estimulan la reacción orgánica frente a las hormonas que el cuerpo segrega como respuesta al estrés. Por otro lado, tienen propiedades relajantes y mantienen a raya el ritmo cardíaco. Frutas, verduras, cereales enteros y carne son alimentos ricos en potasio. El magnesio se encuentra en las verduras (puede desaparecer en la cocción, por eso es aconsejable consumir esta agua en forma de sopa o salsas). Los frutos secos, cereales y semillas también lo contienen, pero hay que consumirlos enteros porque el magnesio se destruye en el proceso de trituración. El calcio, por último, es conocido como “el tranquilizante natural” y, desde luego, pocas cosas tienen un efecto tan sedante como beber un vaso de leche tibia antes de acostarse.

Alimentos relajantes. Algunos alimentos estimulan el buen funcionamiento de las células nerviosas ayudando al organismo a mantenerse relajado mientras que otros favorecen la irritabilidad. Entre los alimentos “relajantes” están el plátano, las almendras, el germen de trigo, la levadura de cerveza y las semillas de girasol.


Chocolate: ¿amigo o enemigo?


Es uno de los alimentos más utilizados por miles de mujeres para calmar los nervios. Incluso se ha llegado a afirmar que crea adicción. Efectivamente, el cacao contiene sustancias de efecto calmante, además del placer que produce su sabor. Pero ojo: si abusas de él añadirás calorías extra a tu organismo e incluso puedes producir un efecto excitante. Un par de onzas de chocolate negro (menos calórico) pueden ayudarte a calmar la ansiedad y proporcionar combustible a tu cerebro sin aportar apenas calorías.

Lo mismo nos ocurre con los dulces: aparte del chocolate, es lo que más nos apetece comer cuando estamos nerviosos. La explicación es que los glúcidos provocan un aumento de la cantidad de insulina en sangre, lo que permite la secreción de triptófano, un aminoácido que se transforma en serotonina, que calma la depresión y la ansiedad. Los azúcares de digestión rápida producen este efecto casi inmediatamente, por lo que no debe extrañarte que te apetezca comer dulce cuando estás triste. Una vez más, debes utilizarlos de forma inteligente para no darle a tu cuerpo grasas y calorías en exceso.

Además de poner en peligro nuestra salud y nuestro sistema nervioso, estar estresados puede hacernos atacar la nevera cuando la ansiedad nos puede. Por ello, hay que convertir la comida en una aliada. Además, hay ciertos alimentos que pueden ayudarnos a mitigar el estrés.

Comer de forma equilibrada es fundamental para mantener en orden tu cuerpo y tu mente y evitar que el estrés afecte a tu estómago, tus defensas y tu sistema nervioso. De tus menús depende buena parte de tu estabilidad física y emocional.


Tus compras antiestrés


Imprime esta lista y llévatela al súper al próxima vez que vayas a la compra. Que no se te olvide pasar por estas secciones:

- frutas y verduras. Que no falten en tu carrito todas aquellas ricas en vitaminas del grupo B y C: coles, espinacas, lechuga, tomate, naranjas, kiwis, etc.

- sección lácteos: las vitaminas y minerales aportados por la leche son indispensables para evitar el estrés. Que no falten en tu nevera yogures normales o desnatados, leche semidesnatada y quesos (escoge los bajos en grasas)

- en la carnicería: la carne es rica en vitamina B3, que ayudará a tu organismo a luchar contra las tensiones externas. Lo mejor: las carnes magras, sobre todo la ternera, el jamón serrano y los embutidos ibéricos, el pollo o el pavo

- en la pescadería: el pescado contiene montones de vitaminas, minerales y oligoelementos excelentes para combatir el estrés. Por su relación calidad-precio, los pescados azules como el boquerón, la sardina o la caballa, son los mejores.

- en la panadería: la fibra es absolutamente necesaria para el buen funcionamiento de tu organismo y, sobre todo, para proteger tu estómago, uno de los principales afectados por el estrés. Mejor el pan normal que el de molde, y mejor aún el integral. Echa también al carrito cereales completos para el desayuno y biscotes integrales para la merienda o el tentempié (con atún llenan y engordan muy poco).

- conservas y congelados: además de sacarte de un apuro, las conservas de atún, sardinas o berberechos son un alimento excelente y bajo en grasas. De la sección de congelados te interesan las verduras y productos del mar, olvídate de los platos precocinados. Llévate también botes de legumbres para preparar en ensalada, y de verduras para tomar con vinagreta

- sección bebidas: además de la leche, no te olvides de las infusiones: tila, poleo y valeriana. Respecto a los zumos, los envasados tienen demasiados azúcares. Los refrescos: mejor ligth o sin cafeína. Compra cacao para chocolatear la leche cuando estés decaída y cereales solubles para sustituir el café. Para darte un capricho: un buen vino.

- condimentos: no te olvides de coger una ramita de perejil, ayuda a absorber el hierro, un mineral imprescindible para estar fuerte. Añadir especias como el oréganos o la canela te harán regalarte los sentidos y te harán sentir mejor

- ¿sección caprichos? Todo el mundo tiene sus particulares alimentos antiestrés (chocolate, dulces, frutos secos...). Echa algunos al carrito pero sabiendo que son para casos de emergencia y en pequeñas dosis


Un truco antiestrés y anticalorías. Ten siempre a mano una barrita de regaliz (1 caramelo media hora) por si te asalta el hambre entre horas: además de calmar el hambre sin aportar apenas calorías, tiene una poderoso efecto antiestrés.


¿Sabías que?... Cuando a nuestro cuerpo se le exige una carga extra de energía por presiones en el trabajo por estrés emocional, el organismo agota las reservas de energía y, en consecuencia, las reservas de vitamina B, lo que nos vuelve vulnerables a padecer depresión, insomnio o irritabilidad. Para evitarlo, debes incluir en tu dieta alimentos como el brócoli, acelgas y espinacas, los cereales y las leguminosas, que contienen el complejo de vitamina B.

Un consejo: si estás sometida a situaciones de estrés o te sientes agotada mental y físicamente, toma levadura de cerveza, es un suplemento alimenticio rico en proteínas y vitaminas que tiene propiedades antiestresantes y desintoxicantes.

Cómo cuidar de tu alimentación durante las fiestas?

Cómo cuidar de tu alimentación durante las fiestas?

El mes de diciembre está cargado de eventos con multitud de alimentos hipercalóricos y que pueden dañar nuestra salud. Para no privarnos de "lo rico" ni abusar de su consumo compartimos algunas estrategias.

A pocos días de las fiestas y con el inicio de las celebraciones de fin de año, es común que los regímenes alimentarios sufran algunos desfasajes. Los eventos sociales se hacen frecuentes y comienzan a incorporarse alimentos copiosos y pesados. Luego, al querer recuperar la alimentación diaria, se cometen algunos desajustes que no hacen bien a la salud y que se manifiestan con algunos problemas.

No saltear ninguna comida durante el día del evento para no tener un hambre “voraz” en la reunión (esto porque el hambre hace que se coma mucha cantidad de alimentos durante un corto periodo de tiempo);
Intentar comer saludable durante el día. Esto implica desayunar frutas, yogurt; almorzar con buena cantidad de verduras; tomar mucha agua; etcétera;
Realizar ejercicio los días previos y caminar al menos 20 minutos durante el día de la celebración para gastar las calorías que se van a consumir;
Planificar qué se va a comer la noche de las fiestas y en qué cantidad. Para ello, es importante seleccionar lo que apetece, no servirse en grandes cantidades, probar una variedad y comer despacio;
No hacer de la comida el eje del evento;
Preparar alimentos más frescos, que contengan buena cantidad de vegetales;
Incorporar frutas en los postres;
Evitar garrapiñadas, turrones y mantecol, entre otras golosinas de invierno;
Elaborar snacks con cerezas, frutillas, sandía, melón;
Preparar licuados con fruta (para disminuir el consumo de alcohol y bebidas azucaradas);
Elaborar aguas vitaminadas con frutas (como frutillas; menta; limón; pomelo) y jugos de frutas y endulzadas con edulcorante;
Alternar las bebidas alcohólicas con agua, con soda o con bebidas sin azúcar;
Consumir las variantes dietéticas de las bebidas habituales;
Moderar el consumo de alcohol.

¿Cómo desintoxicarse si se abusa de alimentos pesados para las fiestas?
Si se “empacha” con las comidas festivas es importante que al día siguiente se consuman alimentos livianos como té, infusiones, abundante agua y alimentos de fácil digestión (pollo, bifes, verduras cocidas, arroz).En caso de querer compensar el exceso de calorías, se puede consumir buena cantidad de ensaladas, frutas, yogurt y mucha agua.
Al mismo tiempo, es fundamental hacer ejercicio.
Sin embargo, este no debe realizarse en las horas pico de calor (entre las 11 y las 16) para evitar accidentes, radiación solar excesiva, aumento de la presión arterial, desvanecimientos, deshidratación, y que, por el contrario, debe hacerse en las horas de menos radiación.

Los anuncios de comida chatarra influyen en la preferencia de los niños

Los anuncios de comida chatarra influyen en la preferencia de los niños

Los niños menores de 8 años son los más vulnerables a los efectos del marketing

Los anuncios y otros tipos de marketing de los productos ricos en azúcar o sal tienen un impacto inmediato e importante sobre los niños

Ningún padre que haya aguantado los insistentes ruegos de un niño que quiere ese colorido paquete de galletitas o esa variante de papitas se sorprenderá ante los hallazgos
de un nuevo estudio: los niños son más propensos a comer comida basura si han visto anuncios de alimentos y bebidas no saludables.

Los investigadores encontraron que los anuncios y otros tipos de mercadeo de los productos ricos en azúcar o sal tienen un impacto inmediato e importante sobre los niños.
Y que los niños menores de 8 años podrían ser los más susceptibles al mercadeo de las comidas y las bebidas basura.

Los hallazgos muestran la influencia que esos anuncios pueden tener sobre los niños.

Esta muestra que la exposición extensiva que los niños tienen a la publicidad de comidas y bebidas malsanas a través de los paquetes de los productos (los súper héroes, los logos),
la televisión e internet aumenta su ingesta calórica a corto plazo y su preferencia por la comida basura.

Los productos malsanos conforman más del 80 por ciento de todos los anuncios televisivos de comida en Estados Unidos y Canadá, según investigaciones anteriores.
Los autores del estudio anotaron que investigaciones recientes han revelado que los niños ven un promedio de cinco anuncios de comida por hora.

En general, nuestro análisis muestra la necesidad de una revisión de las políticas públicas sobre la publicidad de comidas y bebidas malsanas dirigido a los niños.

La creciente prevalencia de la obesidad parece coincidir más con los aumentos marcados en el presupuesto de publicidad dirigido a los niños y a los jóvenes de la industria de las comidas y las bebidas,
y los datos muestran que las comidas y las bebidas ricas en calorías y pobres en nutrientes conforman la mayoría de los productos mercadeados comercialmente.

La cirugía bariátrica

La cirugía bariátrica

El bypass gástrico y otras cirugías de pérdida de peso (conocidas colectivamente como cirugía bariátrica) implican hacer cambios en tu sistema digestivo para ayudarte a perder peso. La cirugía bariátrica se realiza cuando la dieta y el ejercicio no han funcionado o cuando tienes problemas graves de salud debido a tu peso. Algunos procedimientos limitan la cantidad que puede comer. Otros procedimientos funcionan reduciendo la capacidad del cuerpo para absorber nutrientes. Algunos procedimientos hacen ambas cosas.
Aunque la cirugía bariátrica puede ofrecer muchos beneficios, todas las formas de cirugía de pérdida de peso son procedimientos importantes que pueden presentar riesgos y efectos secundarios graves. Además, debes hacer cambios saludables definitivos en la dieta y hacer ejercicio regularmente para ayudar a garantizar el éxito a largo plazo de la cirugía bariátrica.

La cirugía bariátrica se realiza para ayudarte a perder el exceso de peso y para reducir el riesgo de que se presenten problemas de salud potencialmente mortales relacionados con el peso, como los siguientes:

Enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares
Presión arterial alta
Enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA) o esteatohepatitis no alcohólica (ENA)
Apnea del sueño
Diabetes tipo 2
Por lo general, la cirugía bariátrica se realiza únicamente después de haber intentado bajar de peso con mejores hábitos alimenticios y ejercicio.

A quién va dirigido
En general, la cirugía bariátrica podría ser una opción para ti si:

Tu índice de masa corporal es de 40 o más (obesidad extrema).
Tu índice de masa corporal es de 35 a 39,9 (obesidad), y tienes un problema de salud grave relacionado con el peso, como diabetes tipo 2, presión arterial alta o apnea del sueño grave. En algunos casos, puedes reunir los requisitos de ciertos tipos de cirugía de pérdida de peso si tu índice de masa corporal es de 30 a 34 y tienes problemas de salud graves relacionados con el peso.
La cirugía bariátrica no es para todas las personas que tienen sobrepeso grave. Es posible que tengas que cumplir con ciertas pautas médicas para reunir los requisitos para la cirugía de pérdida de peso. Es probable que tengas un extenso proceso de evaluación para ver si puedes someterte a ella. También debes estar dispuesto a hacer cambios permanentes para llevar un estilo de vida más saludable.
Es posible que te le pida que participes en planes de seguimiento a largo plazo que incluyan el control de tu nutrición, estilo de vida y conducta, y tus afecciones médicas.

Cómo prepararse
Si reúnes los requisitos para la cirugía bariátrica, tu equipo de atención médica te da instrucciones sobre cómo prepararte para tu tipo específico de cirugía. Es posible que necesites hacerte varias pruebas de laboratorio y exámenes antes de la cirugía. Puedes tener restricciones en la comida y la bebida y en los medicamentos que puedes tomar. Es posible que se te pida que inicies un programa de actividad física y que dejes de consumir tabaco.
También es posible que necesites prepararte y planificar con anticipación tu recuperación después de la cirugía. Por ejemplo, organízate para que te asistan en tu casa si crees que vas a necesitar ayuda.

Lo que puedes esperar
La cirugía bariátrica se realiza en el hospital con anestesia general. Esto significa que estarás inconsciente durante el procedimiento.
Los detalles de la cirugía dependen de tu situación particular, del tipo de cirugía para bajar de peso a la que te sometas y de las prácticas del hospital o del médico. En algunas cirugías para bajar de peso se realizan las tradicionales incisiones grandes, o abiertas, en el abdomen.

Hoy en día, la mayoría de las cirugías bariátricas se realizan por vía laparoscópica. Un laparoscopio es un pequeño instrumento tubular que tiene una cámara conectada. El laparoscopio se introduce a través de pequeñas incisiones en el abdomen. La diminuta cámara que está en la punta del laparoscopio le permite al cirujano ver y operar dentro del abdomen sin tener que hacer las tradicionales incisiones grandes. La cirugía laparoscópica permite que la recuperación sea más rápida y corta, pero no es conveniente para todas las personas.

La cirugía suele durar varias horas. Después de la cirugía, te despertarás en una sala de recuperación, donde el personal médico te controlará para detectar cualquier tipo de complicación. En función del procedimiento, es posible que debas permanecer unos días en el hospital.

Tipos de cirugía bariátrica
Cada tipo de cirugía bariátrica tiene sus ventajas y desventajas. Asegúrate de hablar con el médico sobre estas. A continuación, se describen los tipos más comunes de cirugía bariátrica:

Bypass gástrico en Y de Roux. Este procedimiento es el método más común de bypass gástrico. Por lo general, esta cirugía es irreversible. Logra disminuir la cantidad de alimentos que puedes comer de una vez y reducir la absorción de nutrientes.
El cirujano corta la parte superior del estómago para separarla del resto del estómago. De esta manera, se crea un reservorio que tiene más o menos el tamaño de una nuez y que sólo puede contener una onza (28 gramos) de comida. Normalmente, el estómago puede contener alrededor de 3 pintas (1,5 litros) de comida.
Luego, el cirujano corta el intestino delgado y cose una parte de este directamente en el reservorio. Así, la comida ingresa a este pequeño reservorio del estómago y, luego, pasa directamente al intestino delgado que está cosido a él. Los alimentos no atraviesan la mayor parte del estómago ni la primera parte del intestino delgado, sino que ingresan directamente a la parte media del intestino delgado.

Manga gástrica. Con la manga gástrica, se extirpa un 80 % del estómago, el cual adquiere la forma de una bolsa larga en forma de tubo. Como el estómago es más pequeño, no puede contener tanta comida. Además, produce una menor cantidad de grelina, la hormona que regula el apetito, lo cual puede llegar a aplacar el deseo de comer.
Este procedimiento tiene varias ventajas. Por ejemplo, permite perder una considerable cantidad de peso sin tener que redireccionar los intestinos. Además, los pacientes que se realizan la manga gástrica deben permanecer internados durante menos tiempo en comparación con la mayoría de los otros procedimientos.

El tipo de cirugía para bajar de peso que es mejor para ti depende de tu situación particular. El cirujano tendrá en cuenta muchos factores, como el índice de masa corporal, los hábitos alimenticios, otros problemas de salud, cirugías anteriores y los riesgos que implica cada procedimiento.

Después de la cirugía bariátrica
Después de la cirugía de pérdida de peso, generalmente no se te permitirá comer durante uno o dos días para que tu estómago y tu sistema digestivo puedan sanar. Luego, deberás hacer una dieta específica durante unas semanas. La dieta comienza con líquidos solamente, luego continúa con alimentos muy blandos hechos puré y, eventualmente, pasa a alimentos comunes. Puedes tener muchas restricciones o límites con respecto a cuánto puedes comer y beber y qué cosas.
También asistirás a controles médicos frecuentes para monitorear tu salud durante los primeros meses después de la cirugía de pérdida de peso. Es posible que necesites pruebas de laboratorio, análisis de sangre y diversos exámenes.

Resultados
El bypass gástrico y otras cirugías bariátricas pueden proporcionar una pérdida de peso a largo plazo. La cantidad de peso que pierdes depende de tu tipo de cirugía y del cambio de hábitos en tu estilo de vida. Puede ser posible perder la mitad o incluso más de tu exceso de peso en un plazo de dos años.
Además de la pérdida de peso, la cirugía de bypass gástrico puede mejorar o resolver afecciones que a menudo se relacionan con el sobrepeso, como:

Cardiopatía
Presión arterial alta
Apnea obstructiva del sueño
Diabetes tipo 2
Enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA) o esteatohepatitis no alcohólica (EHNA)
Enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE)
Artrosis (dolor en las articulaciones)
La cirugía de bypass gástrico también puede mejorar tu capacidad para realizar actividades diarias de rutina, lo que podría ayudar a mejorar tu calidad de vida.

Cuando la cirugía para bajar de peso no funciona

La derivación gástrica y otras cirugías para bajar de peso no siempre salen tan bien como lo esperado. Si un procedimiento no funciona correctamente o deja de funcionar, es posible que no adelgaces y que contraigas graves problemas de salud.
Asiste a todas las citas de seguimiento programadas después de la cirugía. Si notas que no estás bajando de peso o si tienes complicaciones, consulta al médico de inmediato. El médico controlará tu peso y evaluará los factores que podrían estar haciendo que no adelgaces.
También es posible que no pierdas mucho peso o que vuelvas a subir de peso después de cualquier tipo de cirugía para adelgazar, incluso si la intervención en sí tiene éxito. Puedes llegar a aumentar de peso si no sigues los cambios de estilo de vida recomendados, como hacer actividad física con regularidad y comer alimentos saludables.