Las vitaminas son sustancias que el cuerpo necesita para crecer y desarrollarse normalmente. Las vitaminas B son:
B1 (tiamina)
B2 (riboflavina)
B3 (niacina)
B5 (ácido pantoténico)
B6
B7 (biotina)
B12
Ácido fólico
Estas vitaminas ayudan al proceso que hace su cuerpo para obtener energía de la comida que usted consume. También ayudan a formar glóbulos rojos. Usted puede obtener vitaminas B en las proteínas como pescado, pollo, carne de res, huevos y productos lácteos. Los vegetales de hojas verdes, frijoles y judías también tienen vitaminas B. A algunos cereales y panes también se les ha agregado vitaminas B.
Si usted sufre una deficiencia de vitaminas B, puede sufrir enfermedades. La falta de las vitaminas B12 o B 6 puede causar anemia.
¿Qué son los cereales?
Los cereales son los frutos –secos, enteros y sanos- de las plantas de la familia botánica de las Gramíneas.
El arroz, la cebada, el trigo, el centeno, la espelta, el maíz o el mijo, están entre los cultivos de mayor producción a nivel mundial y se ubican en la base de la tradicional Pirámide de la Alimentación, debido a su alto contenido en hidratos de carbono.
Principalmente se consumen cereales en grano, los cereales en copos, en pasta, en harina, en galletas y bizcochos y en pan.
¿Sabes de dónde viene el nombre de los cereales?
Su nombre proviene de Ceres, diosa griega de la alimentación, debido al aporte energético y los numerosos nutrientes que aportan y de los que tenemos constancia que se producen y consumen desde hace unos 11.000 años.
.En América, el maíz era el más cultivado por Mayas y Aztecas, en Asia predomina tradicionalmente el arroz, en África el sorgo, el teff y el mijo y en Europa el trigo.
.Aunque con algunas diferencias entre las distintas especies, los granos están formados por: el germen, el interior feculento, las capas exteriores y la cáscara.
Todos estos componentes son utilizados para diferentes productos destinados tanto al consumo humano como al animal.
Para conseguir los diferentes productos de consumo, los cereales pasan por distintas etapas que se inician en la cosecha:
Desde la cosecha y hasta el almacenamiento, se llevan a cabo operaciones para extraer y estabilizar el grano (recolecta, trilla, aventado, secado);
Procesado preliminar, para obtener productos intermedios como harinas, sémolas, salvado (limpieza, separación, acondicionamiento, molienda);
Procesado secundario, para la transformación en productos finales, ya sean industriales o domésticos (como la elaboración de pan, pastas, etc.)
En la mayoría de los casos el salvado o cáscara se elimina, pues no es digerible. Comúnmente el trigo, el arroz y la avena son los únicos cereales que pueden consumirse con cascarilla en versión de los cereales integrales.
¿Te gusta cuidarte?
Si tu objetivo es tener buena salud y te gusta estar bien, elige frutas y verduras ecológicas y cuídate desde fuera con productos de higiene y cosmética BIO. Recuerda que la alimentación ECO es lo mejor para ti y la naturaleza.
.Características nutricionales de los cereales
Los cereales, aunque con algunas variaciones, aportan unas 300 kilocalorías por cada 100 gramos.
El principal componente nutricional son los hidratos de carbono (del 58 al 72%), entre los que predomina el almidón.
Los granos enteros proporcionan una cantidad importante de fibra (del 2 al 11% según el procesamiento), sobre todo de fibra insoluble.
Las proteínas varían según la especie y variedad, así como por las condiciones de cultivo, la fertilidad del suelo y el rendimiento. La avena, el trigo y el centeno son los que más cantidad contienen, pero las más valiosas son las del arroz.
Entre le 1 y el 6% corresponde a lípidos, compuestos mayormente por ácidos grasos insaturados. El maíz es el cereal que tiene más alto contenido en grasa.
En cuanto a las vitaminas, los cereales en general contienen gran cantidad de las del grupo B (B1, B2, B3, B5 y B6), así como minerales (hierro, magnesio, fósforo, manganeso y zinc).
En el caso, por ejemplo, del arroz la tiamina y la fibra presentes en la cascarilla se pierden en el proceso de descascarillado o pulido; lo mismo ocurre con el grano de trigo en el procesado para el harina, que pierde las vitaminas del complejo B, proteínas y hierro.
La avena y la cebada tienen mayor contenido de hierro y calcio; mientras que el centeno y el trigo tienen mayor contenido de fósforo; y, la avena y el trigo destacan por su contenido en tiamina.
La distribución de vitaminas y minerales es bastante desigual entre las distintas partes del grano. Estos componentes de los cereales se concentran principalmente en el germen y la cascarilla, por lo que las versiones integrales suelen poseer un contenido mayor con respecto a los cereales refinados.
¿Cómo saber cuánta agua necesitas?
¿Cómo puedes saber si te estás hidratando lo suficiente?
Muchas personas se preguntan si es cierto aquello de que debemos tomar 8 vasos de agua al día para mantenernos hidratados y saludables. Conoce más aquí.
Si le preguntas a cualquier persona; ¿Cuánta agua debes tomar al día? te responderá al instante y casi como si fuera la palabra sagrada: “8 vasos”. Todo el mundo parece conocer esta máxima de sabiduría popular. Con tanta seguridad todos repetimos esto, que falta preguntarse si en realidad es lo que necesitamos para mantenernos hidratados y estar sanos.
De hecho, se dice que este consejo de tomar 8 vasos de agua al día, puede ser el producto de una mala interpretación. Al parecer en los años 40, la Academia Nacional de Ciencias recomendó que se tomara un mililitro de líquido por cada caloría que consumíamos. Haciendo las matemáticas, esto equivale a casi 8 vasos de agua para una dieta de 2,000 calorías. Pero la Academia Nacional de Ciencias fue clara en recomendar que esta cantidad de líquidos podía provenir también del líquido que contienen los alimentos. Además, no todas las personas necesitan consumir 2,000 calorías al día.
En respuesta a la eterna pregunta de cuánta agua se debe tomar al día, en el 2008, un estudio encontró que los famosos 8 vasos de agua al día en realidad no tienen poderes mágicos sobre la salud. Por lo menos, no tienen efectos comprobados científicamente. Stanley Goldfarb, un médico y profesor de medicina de la Universidad de Pensilvania en Filadelfia lo resumió así: “No hay una evidencia clara de los beneficios de tomar mucha agua”, y agregó: “Tampoco hay una evidencia de que no tenga beneficios”. Es decir, que aún no hay nada científico que compruebe ninguna de las dos teorías.
¿Cuánta agua debes tomar al día?
Para entender bien, hay que primero detenerse a analizar la importancia del agua en nuestro organismo.
El agua es el principal componente químico de nuestro cuerpo y representa cerca del 60% del peso corporal. Cada célula y cada sistema de tu organismo depende del agua: ya sea para transportar nutrientes, eliminar toxinas o para mantener hidratados ciertos órganos y tejidos. Si no tomas agua, te da sed, que es una señal de que tu cuerpo se está deshidratando, es decir, que está perdiendo el agua que necesita para poder cumplir con todas las funciones vitales. Cada día, pierdes agua a través del sudor, de la orina, de la respiración y de las heces fecales. Por eso debes estar reemplazando constantemente el agua que pierdes.
¿Cómo saber cuánta agua necesitas?
Esto también depende de cada persona: de su estilo de vida, de su actividad física y de los factores ambientales como el clima. En general, los médicos sí recomiendan entre 8 y 9 vasos y fue así como llegaron a calcular esta cifra:
El promedio de orina de un adulto equivale a 6.3 vasos al día (1.5 litros). A esto se le suma que pierdes el equivalente a 4 vasos (1 litro) a través del sudor, la respiración y las heces. A través de la comida, consumes un total de 20% de los líquidos que necesitas. Por eso, si además consumes 8 vasos (2 litros) de agua al día, vas a poder reemplazar todo lo que pierdes.
El “precio” parece ser el más importante para los desempleados y jubilados. En la misma encuesta, el 80% de los sujetos describió la alimentación sana (definida como el equilibrio y la variedad) de una manera que sugiere que los mensajes nutricionales están teniendo cierto impacto. Esto se ve reflejado en algunas mejoras de las tendencias alimenticias.
El Instituto de Medicina aconseja que los hombres consuman cerca de 13 vasos (3 litros ) de bebidas al día y las mujeres, alrededor de 9 vasos (2.2 litros) de líquidos diariamente.
¿Cómo puedes saber si te estás hidratando suficiente?
Si no llegas a sentir sed y produces 6.3 vasos (1.5 litros) de orina de color casi transparente, es probable que te estés hidratando bien. Si tú orina es demasiado amarilla y te da mucha sed, necesitas revisar la cantidad de agua que tomas.
Aspectos para tener en cuenta a la hora de calcular la cantidad de agua que debes tomar:
Ejercicio. Si te ejercitas diariamente debes hidratarte antes, durante y después de la actividad física. Esto suma aproximadamente 3 vasos de agua adicional. Aunque depende el deporte, si es muy vigoroso o dura mucho tiempo, quizá requieras incluso más.
Clima. Si vives en un clima húmedo y caliente, sudas y pierdes más líquidos que alguien que vive en un clima templado y seco. En el invierno, los lugares con calefacción hacen que el cuerpo también pierda su humedad, por lo cual debes tomar más líquidos.
Altitud: si vives en una ciudad a más de 2,500 metros (8,500 pies) de altura, necesitas tomar más líquido porque orinarás más. La respiración tiende a ser más rápida y por lo tanto, pierdes más líquidos.
Enfermedades. Si tienes diarrea, vómito y fiebre debes mantenerte hidratado. Requieres más líquidos porque los estás perdiendo
Embarazo y lactancia. Se recomienda que las mujeres embarazadas tomen un promedio de 10 vasos de agua (o líquidos como jugos de frutas y verduras) al día. Las que están en etapa de la lactancia, deben beber 13 vasos de líquidos al día.
Recuerda que la cantidad de líquidos que necesitas también la puedes obtener no sólo del agua, sino de otros alimentos compuestos de agua como frutas y verduras. Los tomates y la sandía, por ejemplo, están compuestos mayormente de agua.
Si tienes dudas sobre la cantidad de agua que debes tomar al día, habla con tu médico al respecto. Como mencioné anteriormente, cada persona es diferente y sus necesidades varían de acuerdo a sus circunstancias. Hay situaciones médicas en donde la persona puede tener restricciones en la cantidad de líquidos que puede beber. Y, por si tenías dudas, si existe la posibilidad de beber demasiada agua, no sucede con frecuencia pero en exceso puede ser peligrosa.
De todas formas, mantén siempre un vaso de agua a la mano. La hidratación es importante.
Adelgazar para volver a engordar
El efecto rebote no es ni más ni menos que recuperar los kilos que habíamos perdido. Es decir volver a engordar lo que habíamos adelgazado o incluso más.
La gente tiene una percepción errónea del efecto Rebote. Los medios de comunicación y la publicidad en general se han encargado de enviar mensajes contradictorios sobre la existencia del rebote como consecuencia de la realización de cualquier dieta.
Por esta razón es que hemos decidido informar sobre los mitos de esta peligrosa palabra que asusta a cualquier persona que se decide por comenzar una dieta. Nadie se quiere arriesgar a seguir un programa alimenticio o a consumir un producto natural por el peligro de rebotar al final de su periodo de validez.
En este articulo aclararemos las dudas para conocerás por fin, si esto es una realidad o es solo una leyenda.
La palabra rebote o efecto del yoyo se empezó a emplear por las personas que no lograban cambiar sus hábitos alimenticios y comenzaron a justificarse por este medio, se decían a si mismos o a su gente que la dieta les había causado rebote cuando el significado real era que no habían tenido la total voluntad y disciplina de cambiar sus hábitos alimenticios, que habían vuelto a comer más de lo que su cuerpo necesitaba y que no lograron controlar su adicción hacia el azúcar, según comenta la Nutricionista Marcela Bortoni.
Las personas que hacen dietas de moda, de la manzana, de las grasas o carbohidratos, de las que dicen que bajas 5 kilos en una semana; las personas que compran tratamientos que se venden con la leyenda que bajas 2 a 5 kilos por semana, que te muestran fotos de personas del antes y después milagroso, se dejan llevar por estos modelos alimentarios, se plantean objetivos a corto plazo y poco o nada realistas, que suelen conducirles a un círculo vicioso, en el cual el peso que se pierde se vuelve a recuperar, y la euforia inicial y pasajera, da paso al desánimo y la frustración.
¿Porqué las personas creen que rebotan?
Normalmente sucede cuando una persona no se preocupa del mantenimiento, que es la segunda fase fundamental de una dieta: primero se pierde peso y luego se mantiene. Ésta es una lucha continua para los nutriólogos como yo, que día a día trabajamos con pacientes que necesitan cambiar sus hábitos alimenticios, aprender a comer y hacer las combinaciones correctas.
Si una persona hace una dieta que no es personalizada, una dieta que sale en una revista, en un periódico, que se la cuenta la vecina o la amiga, potencializamos ese efecto rebote, porque estamos ante una dieta que solo le funciono a una persona con características muy específicas y que no tiene por que funcionar en todos los organismos del mundo. En cada persona influyen muchos factores y hay que estudiar a cada uno de los pacientes, buscarle un peso saludable después de hacer un estudio exhaustivo. Mi consejo es llevar una dieta personalizada elaborada por un nutriólogo en la que se te enseñe a combinar los alimentos y así evitar recurrir a los viejos hábitos que nos tenían en sobrepeso.
El temido efecto rebote
La mejor dieta de adelgazamiento no es la que consigue una mayor pérdida de peso sino, la que educa para que el peso perdido no se vuelva a ganar. Eso solo se consigue con la reeducación alimentaria.
A la hora de valorar la posibilidad de que aparezca un efecto rebote tras la dieta de adelgazamiento, hay que tener en cuenta la situación de la que partes antes de la dieta. Existen diferentes posibilidades:
1. El exceso de peso lleva varios años estables. Por ejemplo, hace 10 años que no aumentas ni disminuyes de peso, o sea, siempre te sobran los mismos kilos.
2. El aumento de peso es continuo aunque lento en el tiempo. Por ejemplo, llevas ganado 1 Kg. por año desde hace 10 años.
3. El aumento de peso es rápido y continuo. Por ejemplo, cada mes ganas medio Kg. por lo que, en dos años, has ganado 12 Kg.
4. El aumento de peso es muy importante y ha aparecido bruscamente. Por ejemplo un embarazo en el que se ganan más de 20 Kg o tras un accidente físico (rotura de un hueso) aumentas 10 Kg. en un año durante la convalecencia.
En función de la situación de la que partes, las posibilidades de que aparezca el efecto rebote y que éste sea más o menos importante serán distintas:
1. Si el sobrepeso se mantiene durante años de manera estable será costoso perder el peso, debido a esta estabilidad pero, una vez perdido, se mantendrá también estable. Así pues, no aparecerá efecto rebote habitualmente.
2. Cuando el aumento de peso ha sido lento pero continuo, puede aparecer efecto rebote pero, en estos casos la reeducación alimentaria es de gran eficacia y utilidad.
3. Cuando el aumento de peso ha sido rápido y continuo sin causa aparente, las posibilidades del peor efecto rebote son importantes. Es la situación con peor pronóstico por lo que la reeducación alimentaria deberá ser tanto o más importante que la propia dieta de adelgazamiento.
4. Cuando el aumento brusco de peso ha tenido una causa clara y esta causa desaparece, la pérdida de peso es relativamente fácil y el efecto rebote no tiene porque aparecer aunque las posibilidades de volver a engordar de nuevo en otra situación "especial" es probable.
Efectos negativos del rebote
Cuando queremos adelgazar, lo que buscamos es una pérdida de masa grasa pero, en realidad también podemos perder masa muscular (depleción proteica) de forma involuntaria. La mejor manera de evitarlo es haciendo ejercicio físico durante el tiempo que dure la dieta. Con él, conseguiremos generar masa muscular para compensar su consumo (pérdida) a la par que, aumentamos el gasto de masa grasa.
En cambio, cuando engordamos rápidamente tras una dieta de adelgazamiento, el organismo recupera el peso perdido en forma de grasa. Es decir, la masa muscular se genera mientras que, la masa grasa se almacena. Las proteínas generan músculo cuando éste se estimula mientras que, el exceso energético (las calorías) no utilizado, solo se almacena en forma de grasa.
Las dietas muy estrictas (inferiores a 1200 Kcal) no garantizan un aporte suficiente de determinados nutrientes (vitaminas y minerales). De la misma manera, las dietas folclóricas o que restringen determinados grupos de alimentos también son insuficientes en estos nutrientes no energéticos. Cuando se abandona la dieta, el organismo responde buscando "desesperadamente", aquellos nutrientes que le faltaron durante la restricción. Pero los nutrientes que busca no están solos sino que, forman parte de los alimentos y éstos proporcionan también nutrientes energéticos (hidratos de carbono, proteínas y grasa). Es por ello que, estos tipos de dietas producen un efecto rebote mayor.
Si el efecto rebote se manifiesta a través de la recuperación del peso perdido pero, solo en forma de masa grasa, es evidente que la situación ya no es la misma que antes de perder peso sino que ahora el perfil lipídico del organismo habrá cambiado significativamente. Ahora las proporciones del organismo han cambiado disminuyendo la masa muscular el favor de la masa grasa. Ello explica el porqué del aumento del riesgo cardiovascular en las oscilaciones frecuentes de peso respecto al exceso de peso estable.
¿Qué significa mantenimiento?
La mayoría de la gente tiene la creencia que el mantenimiento es otra dieta, pero no es así. No "estamos a dieta", estamos mejorando nuestra nutrición para no volver a aumentar esos kilos perdidos.
Una dieta de mantenimiento significa que comerás sano, equilibrado y balanceado mínimo cuatro días o cinco días por semana, esto es dependiendo de tu genética. Es importante estar consciente de que existe un 80 % de posibilidades de aumentar de peso sino se realiza la dieta de mantenimiento.
Hacer 1 hora de ejercicio al día y realizar la dieta de mantenimiento nos asegura calidad de vida y mantener ese peso ideal que tanto trabajo nos costó conseguir.
¿Cómo evito subir de peso?
Con una dieta balanceada, que te enseñan a hacer las combinaciones correctas ya que incluyen todos los grupos de alimentos: proteínas, carbohidratos y grasas.
Si eres de las personas que sufre de ansiedad o crees que tu metabolismo es lento te puedes ayudar con los tratamientos naturales, siempre y cuando estés plenamente convencido que sus ingredientes son naturales y que es justamente lo que tú necesitas. Infórmate muy bien sobre el contenido de cada producto natural que consumas para que puedas garantizar resultados favorables y saludables.
No te dejes engañar y no busques más excusas es hora de tomar las riendas de tu vida y tener el cuerpo que tú quieres tener.