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Ser mujer y tener diabetes

Ser mujer y tener diabetes

Significa algo más que medirte la glucosa en la sangre y controlar tu dieta. Vivir con esta condición puede afectar varios aspectos de tu vida, desde la sexualidad hasta la menopausia y por supuesto, el embarazo. No dejes de leer para que te enteres de cómo la diabetes afecta tu mundo femenino.

La diabetes es una condición que puede ser particularmente difícil de manejar para las mujeres, en especial durante los cambios hormonales que se presentan en la vida.

El embarazo, en particular, podría complicarse para las mujeres que tienen diabetes antes de concebir y aquellas que la desarrollan cuando ya están embarazadas, pues puede afectar su salud y la de sus bebés.
Pero además de afectar la gestación, la diabetes puede sabotear la vida sexual de las mujeres que la padecen. De igual forma, los niveles de azúcar elevados hacen que la diabetes y la menopausia no sean una buena combinación.

A continuación está una lista de las preguntas más comunes acerca de la diabetes en las mujeres.

¿Cómo afecta la diabetes tu embarazo?

Si tienes diabetes y te embarazas, tu embarazo será clasificado como de alto riesgo. Si no controlas bien tus niveles de azúcar en la sangre, tu embarazo puede complicarse y afectar tu salud y la de tu bebé. Por eso, lo mejor que puedes hacer para evitar problemas es procurar mantener tu glucosa en niveles cercanos a los normales.

Tener los niveles de glucosa en la sangre elevados, puede:
Aumentar el riesgo de que tengas un bebé con defectos de nacimiento (o malformaciones congénitas), que nazca prematuro, que pese mucho al nacer, que tenga problemas respiratorios o que tenga baja el azúcar luego del nacimiento, entre otros problemas de salud.
Incrementar las posibilidades de que tengas un aborto espontáneo (perder a tu bebé antes de las 20 semanas) o de que tu bebé muera en el útero luego de las 20 semanas.
Empeorar las complicaciones de la diabetes relacionadas con la salud de tus ojos, riñones y corazón.

En cuanto a amamantar, no debes preocuparte, pues puedes hacerlo sin ningún problema cuando nazca tu bebé.

¿Cómo afecta la diabetes tu vida sexual?

La diabetes afecta la vida sexual de las mujeres (al igual que la de los hombres). ¿Por qué? los niveles de la glucosa que no se controlan inciden sobre la lubricación vaginal y hacen que tener relaciones sexuales no sea placentero y sea incluso doloroso. Además, la diabetes puede hacer que el deseo sexual o libido disminuya. Sumado a esto, la diabetes hace que las infecciones por hongos en la vagina sean más frecuentes, así como las infecciones de las vías urinarias, lo cual puede hacer que el sexo sea incómodo y/o doloroso.

¿Qué pasa cuando tienes diabetes y llega la menopausia?

La menopausia es el momento en el que las mujeres dejan de menstruar. Esto significa que los niveles de las hormonas femeninas (el estrógeno y la progesterona) disminuyen, lo cual incide directamente en la manera como las células responden a la insulina. Esta situación puede causar que las variaciones en tus niveles de glucosa en la sangre sean más significativas y menos predecibles que cuando no habías llegado a la menopausia.
El aumento de peso que puede presentarse durante esta etapa puede requerir ajuste en tu dieta, aumento en la dosis de insulina o de los medicamentos orales para controlar la diabetes.
La elevación de los niveles de glucosa en la sangre también se pueden unir a la falta de lubricación vaginal ocasionada por la disminución del estrógeno y hacer que tengas infecciones vaginales (por hongos) y del tracto urinario con frecuencia.
Además, tener diabetes hace que las mujeres desarrollen menopausia prematura, lo cual aumenta sus riesgos de problemas cardiovasculares.
Como ves, siendo mujer, la diabetes puede afectarte de diferente manera, pero si la sabes controlar y estás en manos de un buen equipo médico, no debes preocuparte.

Es importante que si estás planeando un embarazo, idealmente consultes con tu médico para prevenir complicaciones antes de que te embaraces. Si desarrollas diabetes gestacional, tu médico te indicará cuál es la manera de controlarla para que no afecte tu salud ni la de tu bebé. Y si la diabetes te está causando algún problema sexual, no te quedes callada. Habla con tu médico para que juntos encuentren soluciones o, si es necesario, que te refiera con un(a) especialista.
Una mujer puede vivir una vida plena con diabetes.

Pasos para operarse

Pasos para operarse

PRIMERA ETAPA: PRE QUIRURGICA

Pasos a seguir para consultar sobre la cirugía bariátrica:

Entrevista con el médico cirujano del equipo: se confecciona una detallada historia clínica, si el paciente es candidato al tratamiento quirúrgico, se deriva a los distintos especialistas para completar la evaluación.
Evaluación por especialistas en: clínica médica, nutrición, psicología, psiquiatría.
Eventual evaluación por otros especialistas si se considera necesario, en base a ciertas patologías asociadas que pueda presentar el paciente (ejemplo: endocrinología, hematología).
Solicitud de estudios complementarios: laboratorio completo, análisis de orina, electrocardiograma y evaluación cardiológica, radigrafía de tórax, espirometría, ecografía abdominal, endoscopía digestiva alta.
Se inicia la dieta de preparación prequirúrgica y se controlan los cambios de peso.
Cuando todo el equipo multidisciplinario considere que el paciente se encuentra apto para realizarse el procedimiento quirúrgico, el médico cirujano programa la cirugía.

SEGUNDA ETAPA: QUIRURGICA

Una vez programada la fecha quirúrgica, el paciente se interna ese mismo día por la mañana en el Sanatorio. Finalizada la cirugía, se traslada al paciente a una habitación común, y si se considera necesario, a la unidad de cuidados intensivos. En general el alta se otorga entre los 2 y 3 días.

TERCERA ETAPA: POST QUIRURGICA

Los controles se realizan principalmente con el equipo quirúrgico y la nutricionista.
La frecuencia de los controles es:

1 vez por semana el 1er mes.
1 vez cada 15 días el 2do mes.
1 vez por mes hasta el 6to mes postquirúrgico.
1 vez cada 2 meses hasta el año.
1 vez cada 6 meses durante el segundo año.
Luego, 1 vez por año.

La elección de los alimentos

La elección de los alimentos

Actualmente, una de las preocupaciones principales en materia de salud pública se refiere a la elección de alimentos que puede conllevar efectos adversos para la salud.
Comprender mejor los factores que determinan la elección de alimentos es primordial para llegar a cambiar la dieta de la población.

Dado que el comportamiento relativo a la alimentación es complejo, el presente informe introduce el amplio conjunto de factores que tienen una influencia probada en la elección de alimentos.

ELECCION DE ALIMENTOS

La elección de alimentos, como cualquier comportamiento humano complejo, está influida por muchos factores interrelacionados. Lo que nos lleva a comer o dejar de comer es, sin duda, el hambre y la saciedad, pero lo que elegimos comer no está determinado sólo por las necesidades nutricionales o fisiológicas.

Otros factores que condicionan nuestra elección son:

-Las propiedades organolépticas de los alimentos como el sabor, el olor o el aspecto
-los factores cognitivos, emocionales y sociales —lo que gusta y lo que no, el conocimiento y las actitudes relacionados con la salud y la dieta, y el contexto social o los hábitos— condicionan nuestra elección a la hora de comer. Valores personales, circunstancias vitales (como el hecho de estar casado o convivir con alguien), o habilidades (por ejemplo, saber cocinar), creencias (en asuntos como los productos orgánicos y los modificados genéticamente) y percepciones (como la supuesta incapacidad para llevar una dieta saludable) pueden ser especialmente importantes para algunos individuos
-los factores económicos, culturales y religiosos también restringen nuestra elección. La educación, el grupo étnico y la disponibilidad, la visibilidad o los precios de los productos desempeñan un papel relevante en nuestra elección.

Esta multitud de factores demuestra que “comer sano”, que es el objetivo de las campañas de salud pública, es sólo una de las muchas consideraciones que se tienen en cuenta a la hora de elegir los alimentos.

Actitud hacia los alimentos y propósito de cambio

En una encuesta paneuropea sobre actitudes del consumidor hacia los alimentos, la nutrición y la salud, se descubrió que las cinco influencias principales en la elección de alimentos en todos los Estados miembros europeos son “calidad/frescura” (74%), “precio” (43%), “sabor” (38%), “intención de comer sano” (32%) y “lo que mi familia quiere comer” (29%).

Éstas son cifras medias obtenidas al considerar el conjunto de los Estados miembros europeos; los resultados diferían de forma significativa de un país a otro. Las mujeres, las personas mayores y los individuos con mayor educación consideran que los aspectos relativos a la salud revisten una importancia especial. Los hombres seleccionaron con mayor frecuencia el “sabor” y el “hábito” como factores determinantes en su elección.

El “precio” parece ser el más importante para los desempleados y jubilados. En la misma encuesta, el 80% de los sujetos describió la alimentación sana (definida como el equilibrio y la variedad) de una manera que sugiere que los mensajes nutricionales están teniendo cierto impacto. Esto se ve reflejado en algunas mejoras de las tendencias alimenticias.

Sin embargo, entender la información nutricional o alimenticia no conduce necesariamente a pasar a la acción. Es preciso que haya una voluntad de cambiar realmente el comportamiento personal. No obstante, los europeos no parecen sentir la necesidad de alterar sus hábitos alimenticios: un 71% considera que su dieta ya es suficientemente sana.

Esto confirma que la alimentación sana o la nutrición no se tienen muy en cuenta en el momento de elegir los alimentos que consumimos.

Selección cuantitativa

Es necesario ayudarse de tablas de composición de alimentos:

En las tablas se suele expresar la cantidad de energía y nutrientes contenida en 100g de alimento. Pero los niños no comen 100 g de esto o de lo otro, sino que es necesario aportar unas cantidades acordes con su edad, raciones, que aseguren el aporte que se establece en las recomendaciones dietéticas. Es decir teniendo en cuenta las cantidades recomendadas. En el apartado anterior, hay que calcular que cantidad de alimento las contienen.

Ejemplo:

Si para un niño de 4-6 años se debe aportar en la dieta diaria 800 mg de calcio, y 100 g (ml) de leche de vaca contienen 125 g de calcio, la relación que tenemos que conseguir es:

Es decir son necesarios 640 g de leche o 640 ml, algo más de medio litro diario.

Así se debe hacer con todos los alimentos que se seleccionen para formar parte de la dieta de forma que aseguramos el aporte adecuado y nos orientamos acerca de la cantidad. Pero sería muy pesado, hacer todas estas cuentas cada vez que se va a servir un plato de comida al niño, y quedaría un poco raro llevar en la mano, además del cazo de servir, un peso en el que medir la cantidad de alimento que se ha de echar en el plato.

Para evitar obsesionarse con los cálculos, se suele recomendar el establecimiento de una selección cualitativo que se basa en el aporte de raciones adecuadas.

Selección cualitativa

Seleccionar cualitativamente supone elegir los alimentos en las porciones adecuadas a cada comida, en número de veces suficiente para conseguir un aporte completo y de forma que estén representados todos los grupos de alimentos. Las raciones dietéticas aseguran la adecuada representación de todos los alimentos básicos, evitando los superfluos. Una ración es la cantidad o porción adecuada a "un plato normal" de comida. A veces son varias unidades de un alimento las que forman una ración.

Para que una dieta sea equilibrada cualitativamente, deben formar parte de ella todos los grupos de alimentos: energéticos, plásticos o constructores y reguladores o protectores

Siete Criterios Para La Selección De Alimentos

1- INTEGRAL
El alimento es integral si contiene todas sus partes comestibles, tal y como las hizo la naturaleza. Por ejemplo: una china es integral, sin embargo el jugo de china filtrado, aunque nutritivo y sabroso, no es integral ya que le falta la fibra. El alimento integral suple todos sus nutrientes en perfecto balance y nos provee de su energía viva.

2- FRESCO, NATURAL, REAL, ORGÁNICO
No enlatado, no congelado, no irradiado ni genéticamente modificado, libre de aditivos, colorantes y preservativos. Nuestro alimento debe ser de verdad, no imitaciones.

Natural es un alimento envuelto en el ciclo de nacer, vivir y morir que rige toda la vida en nuestro planeta. Un alimento sintético o artificial es uno que proviene del petróleo, una sustancia compuesta por materia alguna vez orgánica pero que a través de millones de años en las entrañas de la tierra a alcanzado una estabilidad biológica absoluta, fuera del ciclo de la naturaleza. Algunos alimentos son "desnaturalizados" por intensos procesos industriales, como es el caso comúnmente de los productos de soya.

Los productos de la agricultura orgánica, tradicional y sustentable, sin el uso de pesticidas y abonos químicos, contienen más nutrientes y un sabor superior a los productos comerciales. Además, promueven el bienestar del medio ambiente. Es importante para nosotros servirle alimentos orgánicos y de esa manera disminuir la cantidad de contaminantes que invaden su cuerpo y afectan su sistema inmunológico.

3- LOCAL
Y mucho mejor aún que la agricultura orgánica, es la agricultura orgánica local. Lo local sabe más rico, cuesta menos, y es más nutritivo, porque se recoge más maduro y no pierde nutrientes viajando millas y millas.

4- EN ARMONÍA CON LA TRADICIÓN
El alimento tradicional de cualquier cultura surge del conocimiento que se acumula a través de las generaciones. Sus beneficios son comprobados científicamente por experimentos que han durado miles de años. Este experimento ocurre en el diario vivir y se mide con la calidad de vida de las personas. De esta manera, poco a poco se consigue una dieta óptima.

A nuestras generaciones le ha tocado experimentar con un nuevo tipo de alimento, que incluye aditivos artificiales y procesos de preparación nunca antes utilizados. Podemos ver a nuestro alrededor lo que este experimento nos enseña, a través de enfermedades como el cáncer, la diabetes... o condiciones de obesidad, hipertensión, etc.

Nuestra dieta debe estar en armonía con la tradición, porque estos alimentos han pasado la prueba de generaciones y generaciones. Piensa en tus antepasados en específico, quizás taínos, congoleses, árabes, mediterráneos, nórdicos... ¿Qué comían hace 1,000 años? ¿Cómo preparaban sus alimentos?

5- POR TEMPORADA
Para vivir en comunión con nuestro medio ambiente, es buena idea comer en temporada. Debido a la refrigeración y la agricultura química, podemos perder este contacto con nuestros alrededores.

Al comer por temporada, te aseguras de que tú alimento es siempre fresco y sabroso. Algunos tienen propiedades beneficiosas que aplican a ese momento y ese lugar.

6- BALANCEADO
El secreto de la salud es el balance. Es importante balancear nuestro alimento para que haya suficiente proteína, carbohidratos, grasas, fibra y otros nutrientes esenciales; pero también es importante pensar en un balance estético de sabores, colores, texturas y formas. La salud es balance.

7- DELICIOSO
¡Claro, lo más importante! Tú nos dirás si logramos cumplir con este criterio. De nada sirve comer saludable si no sabe exquisito. Además, nuestro paladar nos guía hacia el alimento que es mejor para cada uno de nosotros, siempre y cuando no lo engañemos con químicos artificiales...

Conocé las propiedades y los nutrientes de las legumbres

Conocé las propiedades y los nutrientes de las legumbres

Lentejas, garbanzos, arvejas, porotos y más son ideales para combatir el invierno, y son la mayor fuente de proteínas de origen vegetal. Antes de poner la olla al fuego, enterate de sus ventajas nutricionales y de las combinaciones recomendadas para aprovecharlas al máximo.


Aprendé todo sobre las legumbres. Foto: Archivo
Por Liz Silberkasten

Con la llegada del frío ponemos nuestra creatividad al servicio de guisos, revueltos y sopas; las hojas verdes que nos acompañaron durante el verano dan paso a otro tipo de alimentos, entre ellos las legumbres, especialmente las que se consumen secas como las lentejas, aunque también las comemos frescas como las arvejas y habas.

¿Por qué son tan recomendadas? Básicamente, porque aportan una gran proporción de proteínas (entre un 18 y un 25%), hidratos de carbono, escasas grasas, minerales, mucho hierro, calcio, fósforo y magnesio.

"Todas las legumbres brindan variedad de nutrientes en proporción bastante semejante, pero su particularidad y riqueza se basa en que son alimentos que proporcionan un índice glucémico bajo, es decir, promueven una mejor aceptación de sus calorías por parte del cuerpo, favoreciendo el descenso de peso y la reducción de colesterol. Además, son protectoras del colon, ayudan a controlar la diabetes, prevenir estreñimiento y anemias", explica la licenciada Patricia Robiano, coach nutricional. Y la doctora Sonia Spiner, especialista en Nutrición, suma: "También previenen la resistencia a la insulina y son muy ricas en fibras, por lo que son importantes en todo plan alimentario saludable y no sólo en aquellos que siguen una dieta vegetariana".

Es que, debido a sus propiedades nutricionales, sirven de reemplazo para las carnes: cuando las combinás con cereales (arroz, trigo, maíz) se convierten en una fuente de proteínas completas, con todos los aminoácidos necesarios.

Hacete amiga

Las legumbres son semillas, contenidas en la vaina de plantas de la familia de las leguminosas, y entre las más consumidas están:

Lentejas: son ricas en hidratos de carbono complejos, proteínas, fibra y hierro del llamado "no hemolítico", que se absorbe con dificultad, por lo que es necesario combinarlas con alimentos ricos en vitamina C (tomates, pimientos, limón, naranja, kiwi) para favorecer esa absorción.
Soja: brinda casi tantas proteínas como la carne, además de fibras, carbohidratos y grasas poli-insaturadas, beneficiosas para el organismo; minerales (calcio, hierro, yodo, magnesio, potasio y fósforo) y vitaminas del grupo B. La podés consumir en forma de porotos, tofu, harina, etc.
Garbanzos: son ricos en hidratos de carbono, proteínas y fibras; aportan poca grasa y sodio (excepto en conserva), e isoflavonas, que mejoran los síntomas perimenopáusicos.
Alubias o judías: aportan ácido fólico, potasio, fibras y carbohidratos.
Arvejas: son fuente de almidón y fibra dietética, que provoca saciedad y ayuda a controlar los niveles de colesterol y azúcar en sangre.
Habas: aportan hidratos de carbono, proteínas, fibras, hierro, potasio, fósforo y magnesio.

Más ideas

¿No sabés cómo y dónde comerlas?
En ensaladas. Combinalas con tomates o pimientos, ricos en vitamina C, zanahoria, cebolla u otras verduras, maíz dulce o atún en lata.
Salteadas. Primero hervilas y luego sartenealas en aceite de oliva. Probá con jamón picado y perejil.
En sopas , tipo minestrón, o bien procesadas y hechas crema.

Enjuagalas. Aunque muchos hoy las cocinan sin remojarlas, sí es indispensable que las laves pasándolas por un colador. Vienen con tierra.