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Beneficios físicos y psicológicos de la cirugía bariátrica

Beneficios físicos y psicológicos de la cirugía bariátrica

La cirugía bariátrica, o reducción de la capacidad gástrica, es una de las opciones más duraderas para conseguir una pérdida de peso notable en las personas obesas. Un estudio afirma que los efectos de esta intervención, con una complejidad médica media, no son solo físicos, sino también psicológicos.

La calidad de vida de una persona con obesidad que se somete a cirugía bariátrica mejora notablemente. Este tipo de intervenciones inducen la pérdida de peso mediante la reducción del tamaño o la capacidad gástrica. Ahora, un nuevo trabajo, con participación española, analiza también las consecuencias psicológicas de la intervención.
Anteriores estudios (Sikorski et al., 2011) ya apuntaban como además de las consecuencias para la salud física, las personas obesas se enfrentan a un considerable estigma social. Hasta ahora, los cirujanos utilizaban la cantidad de pérdida de peso como el resultado postoperatorio principal, sin tener en cuenta otras condiciones médicas asociadas.
Esta cirugía provoca cambios en el tamaño y la forma del estómago que pueden causar algunas complicaciones gastrointestinales postquirúrgicas
Existe un aumento tanto de la calidad de vida relacionada con los aspectos psicológicos como en los físicos después de la intervención quirúrgica
Los procedimientos provocan cambios dinámicos en el tamaño y la forma del estómago que pueden causar algunas complicaciones gastrointestinales postquirúrgicas, como diarrea, estreñimiento o vómitos. A pesar de ello, se vio que los efectos positivos eran realmente importantes, especialmente para el caso de la calidad de vida referida a aspectos físicos.
Tanto la salud física como la psicológica mejoran después de realizarse la operación, y ese aumento de la calidad de vida es especialmente significativo en el área física.
“La cirugía bariátrica no es una cirugía estética, no está libre de riesgos, no es fácil y no es mágica”
Más allá de la estética
Al igual que otros tratamientos para la obesidad, requiere de cambios en el estilo de vida y mantener dietas saludables para garantizar resultados a medio y largo plazo.
Los expertos opinan que se trata de la alternativa que ofrece los resultados más duraderos para las personas en las que las estrategias clínicas –como la dieta y el ejercicio físico– fallan. Las cirugías realizadas buscan dos objetivos: reducir la ingesta de alimento o la capacidad de absorción. Está indicada solo para aquellos pacientes con obesidades mórbidas con un índice de masa corporal (IMC) superior a 40kg/m2, o bien para aquellos con obesidad grave y patologías asociadas. A las personas con IMC inferior a 35kg/m2 no se les aconseja esta intervención, pero sí otros tratamientos no quirúrgicos, farmacológicos y dietético-conductuales.

Nutrición después de la cirugía bariátrica

Nutrición después de la cirugía bariátrica

El tamaño de su reservorio gástrico es aproximadamente de 30 cc o una a dos cucharas soperas.
Su capacidad inicial será algo limitada, tenga paciencia. Podrá darse cuenta que 2 o 3 cucharadas de comida lo llenarán. Esto es de esperarse.
También encontrará que puede comer más de un tipo de alimento que otro. Eso también es normal.

Al pasar algún tiempo su bolsa gástrica se estirará; aproximadamente seis meses después de la cirugía podrá aceptar de 240 cc a 1 taza. A largo plazo, el tamaño de su reservorio podrá llenarse con 240 a 360 cc o 1 a 1½ tazas.
Así pues, la cantidad de alimento que puede podrá consumir a la vez, es limitada.

La cirugía estás diseñada para restringir sólidos, no líquidos, así que los líquidos que beba no lo harán sentirse satisfecho. Tampoco debe tomar líquidos durante o inmediatamente después de la comida, pues colará el alimento como con un chorro de agua a través de la bolsa gástrica y por lo tanto no conseguirá una sensación prolongada de saciedad, lo cual le ayuda a comer menos; sin embargo, permanecer hidratado y beber mucha agua durante el día es muy importante. Usted necesitará aprender a comer y masticar lentamente.

Patrones Alimenticios y Tecnicas Para Comer

Uno de los cambios más comentados por los pacientes bariátricos es acerca del concepto de desperdiciar los alimentos. Después de cirugía sus ojos y mente todavía trabajan la misma manera que hicieron antes. Sin embargo, debido a la nueva bolsa del estómago, usted se sentirá satisfecho con mucho menos. Es necesario que usted preste atención a las señales de saciedad de su cuerpo y no a sus ojos que aun ven el alimento en el plato.

Comer durante la noche: cuándo es un problema

Comer durante la noche: cuándo es un problema

El síndrome del comedor nocturno es un trastorno de alimentación en el que se ingiere una gran cantidad de calorías luego de la cena. Pautas para identificarlo.
Carina Ringel

El síndrome del comedor nocturno es un trastorno de la conducta alimentaria -como la bulimia, la anorexia o el trastorno por atracón- en el que se come una gran cantidad de calorías luego de la cena. Es decir, ingieren alimentos durante toda la noche, incorporando el mayor porcentaje de las calorías diarias en estos horarios; por el contrario, durante el día se encuentran con inapetencia y consumen poca comida.

Estas personas comienzan a tener hambre a partir de la tarde o noche y realizan una cena equilibrada en cantidades; el problema comienza en el momento de ir a dormir, ya que comen durante toda la noche.

Los síntomas

- De día tienen inapetencia;

- Desayunan y almuerzan muy poco o no consumen nada;

- Después de cenar realizan varias ingestas no copiosas durante toda la noche;

- La elección de los picoteos nocturnos suelen ser con alimentos altos en hidratos de carbono;

- Tienen insomnio. Para reconciliar el sueno necesitan comer y al rato se vuelven a despertar, repitiéndose el ciclo nocturno;

- Se suelen sentir culpables y angustiados por su relación con la comida;

- Son personas con un alto grado de ansiedad,

- En períodos de mayor estrés (emocional, laboral, relaciones interpersonales), aumentan sus ingestas nocturnas para calmar estos estados.

Causas y consecuencias

Una de las causas de este problema es psicológica y/o psiquiátrica. Son personas con predisposición a estrés, ansiedad y conflictos emocionales.

Una de las consecuencias de este problema es el insomnio, que se produce por varias razones. Al no comer de día, la persona acumula hambre, que se sacia durante la noche y se convierte en un circuito alterado. Por otro lado, la digestión de los alimentos provoca complicaciones para conciliar el sueño y, si consigue dormir, se despierta frecuentemente.

Las personas con este problema realizan las actividades diarias tras noches de insomnio, lo que provoca ansiedad y estrés y genera que coma compulsivamente para calmar estos estados. Esto muestra que el insomnio es causante del trastorno y, a la vez, consecuencia del mismo. Otra consecuencia de este trastorno es la obesidad: un porcentaje muy elevado sufre sobrepeso.

Diagnóstico

Para diagnosticar este síndrome se utilizan registros alimentarios donde la persona escribe los alimentos, cantidades y horarios de sus ingestas. Una de las dificultades en su diagnóstico es que a veces se confunde con insomnio puro o con otro tipo de desorden alimentario, el trastorno por atracón. ¿Cuál es la diferencia con éste? Es que estos pacientes no realizan ingestas tan grandes y descontroladas como para ser diagnosticados con desorden por atracón, sino que comen durante toda la noche varias ingestas que no son tan abundantes.

Ante la duda de padecer este síndrome, es importante consultar al médico.



Por la licenciada Carina Ringel, nutricionista del Grupo AIDA.

importancia de la actividad física para la prevención, pérdida y mantenimiento de peso

importancia de la actividad física para la prevención, pérdida y mantenimiento de peso

Tras conocer un poco más acerca de la obesidad y sobrepeso, es habitual que nos planteemos por qué engordamos y qué es lo que debemos hacer para perder peso. En relación a ello, es importante saber que la ganancia de peso viene determinada por el balance energético. Cuando ingerimos más energía de la que consumimos engordamos, y del mismo modo, cuando consumimos más energía de la ingerida, adelgazamos. Por otro lado cuando se ingiere y se consume la misma cantidad de energía, se consigue una estabilidad. La clave de este balance energético viene dada, como ya adelantábamos, por la combinación de una correcta alimentación y actividad física regular, adecuada y estructurada.

Centrándonos en la importancia de la actividad física para la prevención, pérdida y mantenimiento de peso de la población adulta, cabe destacar su contribución en el aumento del gasto energético total, haciendo que este sea mayor tras la pérdida de peso mediante la prescripción de ejercicio físico adecuado que tan solo con el control de la dieta. Asimismo, contribuye a que esta pérdida provenga principalmente de la masa grasa. Además de lo comentado hasta el momento, teniendo en cuenta las indicaciones de la SEEDO (2007) los beneficios de la realización de actividad física en personas con obesidad y sobrepeso serían, entre otros: la mejora del perfil lipídico, la sensibilidad a la insulina y la presión arterial, la prevención de enfermedades cardiovasculares, el mantenimiento densidad ósea, la reducción del depósito de masa abdominal, el aumento de la capacidad respiratoria, etc., así como otros a nivel psicológico (mejora de la autoestima, ansiedad, etc.).

Por último, para que la prescripción de la actividad física se realice de manera coherente y eficaz deben tenerse en cuenta una serie de recomendaciones específicas para esta población: tipo de actividad, duración, intensidad, progresión, etc., que serán aclaradas más adelante en un blog posterior. En estos casos, no es suficiente con las directrices generales para la modificación de hábitos sedentarios de adultos sanos, en las que se aconseja un mínimo de 30 minutos diarios de actividad física de moderada intensidad, ya que también deben ser tenidas en cuenta otras consideraciones y posibles problemas añadidos. Si bien es cierto que lo primordial es la consecución de un cambio progresivo de hábitos saludables que parte de cuestiones tan sencillas como:

Pasear más y no coger el coche continuamente
Subir por las escaleras en lugar de por el ascensor
No pasar el tiempo libre en el sofá frente a la televisión
De este modo, es posible ir incrementando de manera progresiva la actividad física diaria hasta modificar estos hábitos básicos en la forma de vida a largo plazo e incorporarlos de manera permanente.