En junio del 2013 se lanzó en Argentina “Coca Cola Life”. Así como empieza a sumar adeptos también comenzó la polémica de su composición. ¿Contiene realmente stevia? ¿Es más natural?
En junio Coca-Cola presentó a nivel mundial su primera bebida cola endulzada con stevia. Coca-Cola Life es la primera gaseosa de la familia Coca-Cola endulzada naturalmente con azúcar y Stevia, que se suma al portfolio de la compañía brindando un delicioso sabor con una propuesta baja en calorías. La Coca-Cola Life, de bajas calorías, fue desarrollada por equipos de la compañía estadounidense en su central en Atlanta y en Buenos Aires con una inversión estimada en 100 millones de pesos argentinos.
La stevia es un género de plantas fanerógamas perteneciente a la familia de las asteráceas, oriunda de Centro y Sudamérica. La especie stevia rebaudiana, originaria de Suramérica, fue utilizada durante siglos por el pueblo guaraní para endulzar y como planta medicinal. La denominaban "ka'a he'¨," (hierba dulce).
La Stevia, un arbusto de la familia de los crisantemos nativos del Paraguay, fue descubierta hace más de 200 años por los indígenas guaraníes que utilizaban las hojas para endulzar infusiones y bebidas. Se ha utilizado durante siglos en América del Sur y desde hace décadas en Asia para endulzar naturalmente alimentos y bebidas. Una vez que alcanza su nivel máximo de maduración, sus hojas se recogen y se secan. Luego se sumergen en agua para extraer los compuestos edulcorantes de mejor sabor y al final, el extracto se purifica.
¿Finge ser saludable?
La Coca Cola Life esta endulzada con Truvia®, la marca comercial de Cargill para los glicósidos de esteviol (Stevia) que contiene Eritritol y Rebaudiosido A (stevia).
El eritritol es un polialcohol, un alcohol de azúcar similar al xilitol. Utilizado para endulzar productos dietéticos.
Según la empresa, su producto Coca-Cola Life no contiene eritritol, sólo 100% extracto de hojas de Stevia. Pero esto no está detallado en su composición.
Suponiendo que es verdad en cuanto a reemplazar los edulcorantes artificiales por stevia, el cambio no evita sus demás componentes dañinos que siguen presentes como el jarabe de maíz, Ácido fosfórico, cafeína, Benzoato de sodio, Benceno, Colorante 4-metilimidazol o 4-MI, Aceite vegetal bromado o BVO, saborizantes.
Según nos informa la química farmacéutica Cecilia Dabbadie, la stevia en si tiene cualidades edulcorantes debido a los glucósidos de Steviol que no aportan calorías y son totalmente inocuo.
Mientras que si vemos el sitio oficial de Truvia donde habla de las bondades de este edulcorante y se puede ver que en su composición indican que tiene glucósidos de Steviol, Eritritol y saborizantes naturales. Es decir, en este producto comercial esta agregado el eritritol, que no proviene de la planta de Stevia y no están aclarado en ningún lado las proporciones de todos sus componentes.
Nos cuenta “Investigando el Eritritol, aparentemente tiene algunos efectos adversos o colaterales, como diarrea y distensión intestinal (gases) cuando se ingiere en grandes proporciones. Además aporta 0,2 calorías por gramo”.
Conclusión
Es cierto que Truvia no es 100% Stevia. Pero no podemos decir que Truvia sea perjudicial para la salud. El eritritol se usa como edulcorante en varios otros productos comerciales.
El problema es que no sabemos las proporciones de los componentes de Truvia, por lo tanto no sabemos cuánto estamos ingiriendo de eritritol ni cuánto de Stevia.
Para un consumo seguro no deberíamos consumir más de 50 gramos al día y solamente en personas que no sean sensibles o tengan enfermedades intestinales, si nos pasamos de esta cantidad el efecto laxante está asegurado y es que parece ser que nuestra flora no puede digerirlo, aunque los análisis se han hecho solo en laboratorio (in vitro).
No existe una regulación responsable, ni una lista pública que detalle los ingredientes en las bebidas y sus cantidades. En consecuencia, no tenemos ninguna garantía sobre su seguridad para la salud, solo lo que nos prometen.
Un vientre abultado es una señal de que tu salud puede estar en peligro. Ya hemos mencionado desde hace tiempo a través de Vida y Salud que esos rollitos o “llantas” que se desbordan alrededor de la cintura, además de antiestéticos, son dañinos para tu salud. Un estudio reciente confirma que la grasa acumulada en el abdomen se asocia con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca y de cáncer.
Lucir un vientre plano no es sólo cuestión de imagen, es cuestión de supervivencia. Previamente, en Vida y Salud te explicamos que la combinación de una cintura ancha y un vientre abultado por la acumulación de grasa es un peligro para la salud del corazón. Este dúo, además, es uno de los factores que conforman el síndrome metabólico (un conjunto de condiciones que aumentan el riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca, diabetes y accidentes cerebrovasculares). Cuando te recomendamos que procuraras bajar tu barriguita, nuestro interés iba más allá de que subieras tu autoestima y la ropa te quedara mejor. Nuestra intención era principalmente que mejoraras tu salud y tu expectativa de vida (sobre todo si ya tienes una enfermedad coronaria (de las arterias del corazón), y en el caso de los hombres, la condición de sus huesos.
Si todavía no tienes suficientes motivaciones para proponerte reducir tu grasa abdominal, un estudio reciente quizás te anime. Una investigación nueva realizada en el Brigham and Women´s Hospital, en Boston, Estados Unidos, afirma que las personas que tienen un exceso de grasa abdominal enfrentan un mayor riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca y cáncer que las personas que tienden a acumular la grasa en otras zonas del cuerpo. ¿Cómo llegaron a esta conclusión? Los investigadores utilizaron escáneres por tomografía computarizada (CT scans) para estimar la grasa en el abdomen, alrededor del corazón y de la arteria aorta de 3,086 participantes procedentes del estudio Framingham Heart, una de las La grasa abdominal, un indicador de la grasa visceral (o sea, la que se acumula alrededor de los órganos o vísceras), se asoció con un aumento del 44% del riesgo de enfermedad cardiovascular y con un 43% para el cáncer.
Los resultados del estudio, publicados en el Journal of the American College of Cardiology, son particularmente importantes porque la presencia de la grasa abdominal mejora la capacidad de predecir la enfermedad cardiovascular y el cáncer en grupos de alto riesgo y por lo tanto, facilita que los médicos y los pacientes tomen medidas preventivas a tiempo.
Pero hay más. Veamos los resultados de otro estudio en el que participaron 3,200 adultos menores de 30 años que tenían un peso saludable, a los que se les dio seguimiento durante 30 años midiendo su peso, la circunferencia de su cintura y si tenían obesidad general o no cada 7 años.
A lo largo del estudio, un 40.4% de los participantes desarrolló obesidad por todo el cuerpo, mientras que un 41 % desarrolló obesidad abdominal. Además se encontró que los que comenzaron a ganar peso en una etapa temprana en la adultez, mostraron tasas mayores de calcificación de la arteria coronaria, una señal temprana de enfermedad cardíaca. Los resultados también sugieren que mientras más tiempo acumule la persona el exceso de grasa, más temprano tienden a manifestarse los problemas cardiacos.
La conclusión es obvia: si tienes exceso de grasa acumulada en el vientre, es hora de que empieces un plan para eliminarla a través de una combinación de dieta sana y ejercicio. Esa es la receta para que también la evites a largo plazo, si es que tienes la suerte de tener un peso saludable. No lo dejes para después, porque está en juego la salud de tu corazón y la posibilidad de evitar el cáncer.investigaciones de población más importantes que se ha realizado en materia de salud. Dichos participantes tenían una edad promedio de 50 años y se les dio seguimiento durante 7 años. Durante este período se produjeron 90 episodios cardiovasculares, 141 casos de cáncer y 71 muertes.
Las investigaciones apoyan los beneficios de la cirugía de pérdida de peso para las personas con un IMC entre 35 y 39.9 con las condiciones de salud relacionadas con la obesidad como la diabetes tipo 2, apnea obstructiva del sueño, hipertensión, osteoartritis y otras condiciones relacionadas con la obesidad.
Usted podría ser un candidato para la cirugía de pérdida de peso si usted cumple con alguno de los siguientes criterios:
Usted tiene más de 50 kilos por encima de su peso corporal ideal.
Usted tiene un Índice de Masa Corporal (IMC) superior a 40.
Usted tiene un IMC de más de 35 años y está experimentando severos efectos negativos en la salud, como la presión arterial alta o diabetes, relacionados con sobrepeso extremo.
Usted es incapaz de lograr un peso corporal saludable para un período sostenido de tiempo, incluso a través de la dieta bajo supervisión médica.
El brote de COVID-19 parece ser otro problema de salud exacerbado por la pandemia de obesidad. En 2016, más de 1.900 millones de adultos tenían sobrepeso u obesidad en todo el mundo, y este número continúa aumentando rápidamente. La prevalencia del sobrepeso y la obesidad ahora ha alcanzado el 65-70% en las poblaciones adultas del Reino Unido y los Estados Unidos. La obesidad es una de las principales causas de presión arterial alta, diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas, derrames cerebrales y cáncer, y representa una gran carga para los sistemas de salud y las economías.
Para la investigadora Monique Tan y los profesores He y Graham, “la pandemia de obesidad es el resultado de vivir en entornos alimentarios donde es difícil no consumir en exceso las calorías. La industria alimentaria mundial produce y promueve ampliamente bebidas baratas azucaradas y alimentos ultraprocesados con alto contenido de sal, azúcar y grasas saturadas que solo proporcionan una sensación transitoria de saciedad”.
“Los gobiernos han hecho muy poco, con uno de los pocos éxitos que son los impuestos a las bebidas azucaradas, en particular, la tasa de la industria en el Reino Unido que ha resultado en una reformulación para reducir el contenido de azúcar”, agregaron.
Ahora está claro que la industria alimentaria comparte la culpa no solo de la pandemia de obesidad sino también de la gravedad de la enfermedad de COVID-19 y sus devastadoras consecuencias. Durante la pandemia por coronavirus, un aumento en la pobreza alimentaria, interrupciones en las cadenas de suministro y compras de pánico pueden generar un acceso limitado a alimentos frescos, inclinando la balanza hacia un mayor consumo de alimentos altamente procesados y aquellos con una larga vida útil que generalmente son altos en sal, azúcar y grasas saturadas.
Además, desde el comienzo de la pandemia de COVID-19, la industria alimentaria ha lanzado campañas e iniciativas de responsabilidad social corporativa, a menudo con tácticas poco veladas que utilizan el brote como una oportunidad de marketing, por ejemplo, ofreciendo medio millón de donas con forma de “sonrisas” para el personal del NHS.
Para los autores del estudio, las industrias alimentarias de todo el mundo deben dejar de promocionarse de inmediato, y los gobiernos deben forzar la reformulación de alimentos y bebidas poco saludables. En el Reino Unido, los objetivos incrementales ya han reducido gradualmente la cantidad de sal agregada a los alimentos, lo que resulta en una menor ingesta de sal, presión arterial y mortalidad cardiovascular. Reducir la sal, el azúcar y las grasas saturadas en todos los ámbitos mejoraría la dieta de toda la población y brindaría beneficios aún mayores para las personas más desfavorecidas socialmente. El costo de la morbilidad y mortalidad de COVID-19 lo ha hecho más evidente y más urgente que nunca.